Page 120 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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mente en la figura de Enmerkar, el rey de Uruk, a quien el señor de Arat
ta le disputa la supremacía política, de acuerdo con planteamientos reli
giosos. Aparte de su innegable interés literario (verdadero poema épico,
desarrollado en estrofas) e histórico (luchas mantenidas a comienzos del
tercer milenio a.C.), debe remarcarse su contexto religioso (alusión al
rito del matrimonio sagrado) con la presencia por primera vez en la his
toria de dos magos, hombre y mujer: Urgirnunna y Sagburru.
¡Uruk, obra de ladrillo que se alza en la brillante llanura! ¡Kullab,
ciudad que ha crecido alta entre el cielo y la tierra! ¡Uruk, cuyo
nombre es arco iris, arqueándose en el cielo con un resplandor mul
ticolor! ¡En verdad, estando en el alto cielo como la luna nueva!
Los grandes me están construidos lujosamente, la lustrosa mon
taña fue fundada en un día favorable. Como la luz de la luna está
brillando sobre la tierra; como la brillante luz del sol está irradian
do sobre la tierra; como la vaca, el cabrito y el ternero están sur
giendo, debido a la abundancia.
Uruk: su gloria alcanzaba la tierra alta, su brillantez, que es genui
na plata refinada, cubría a Aratta como un vestido, la envolvía como
lino.
En aquel momento, el día era «señor», la noche era «soberana»,
Utu era rey. Vivían, en aquel tiempo pasado, dos personajes. Uno
era el ministro del señor de Aratta: su nombre era Ansiggaria. El
otro, el ministro de Enmerkar, el señor de Kullab: su nombre era
Namennatumma.
Desde ese día, desde esa noche un señor — el señor de Kullab—
es él. Un príncipe, desde esos días, es él. Él era un hombre nacido
para ser dios. Él era un hombre manifestado como un dios. Con
este señor de Uruk y señor de Kullab él — el señor de Aratta—
entabló una disputa. El señor de Aratta, Ensuhkeshdanna, entró en
ella.
En primer lugar, en lo que respecta a Uruk, el señor de Aratta
le dijo a su mensajero:
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