Page 250 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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— ¿Se acaban de sublevar contra mí? ¡Bien! Si así es, yo me batí'
ré contra ellos. ¡Dioses! ¿Qué han visto mis ojos? El combate se
ha propagado hasta mi puerta.
Anu, abrió su boca y le respondió a Enlil, el valiente, dicién-
dole:
— La razón por la que los Igigi han asediado tu puerta que la
averigüe Nusku, saliendo de aquí para informarse. Encárgale esta
misión ante tus hijos.
Enlil abrió la boca y se dirigió a su visir Nusku:
— Nusku, abre tu puerta, coge tus armas y ante todos esos dio
ses tumultuosos inclínate, luego levántate y repite nuestras palabras:
«Es Anu, vuestro padre, quien me ha enviado, y vuestro soberano
Enlil, el valiente, Ninurta, vuestro prefecto, y vuestro contramaes
tre Ennugi. Ellos os dicen: “ ¿Quién irá a la batalla? ¿Quién saldrá
al combate? ¿Quién osará hacer la guerra?”»
Pérdida de tres líneas, en las que se recogerían las últimas palabras dicha
por Enlil a Nusku.
Nusku se marchó y, ante todos aquellos dioses, agrupados tumul
tuosamente, les repitió, una a una, las palabras de Enlil. '
Laguna de cuatro líneas, con el final del discurso de Nusku y el comien
zo de la respuesta del portavoz de los Igigi.
El portavoz de los Igigi, tras escuchar con toda atención las
palabras de Nusku, le respondió a éste:
— Hemos puesto todos nuestros esfuerzos en las excavaciones;
pero el excesivo trabajo nos ha agotado, matándonos casi. Dema
siado pesada era nuestra carga, infinito el trabajo. Es por eso por lo
que la totalidad de los dioses se ha puesto a recriminar a Enlil. 5
Nusku recogió sus armas y se fue a transmitir aquellas palabras
a Enlil:
— Señor — le dijo al llegar ante él— , me has enviado para inte
rrogar a los dioses la razón de su alboroto. He partido hacia ellos
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