Page 334 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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sus sucesores no cometieran idénticos errores les da una serie de ins
trucciones de comportamiento. Lo narrado·, mezcla de hechos histórico·
y míticos, adquiere ante todo una clara función didáctica y moralizan
te. El texto, conoddo también como la Leyenda del rey de Cutha }
como la Leyenda de Shu-ili, pertenece al género literano mesopotá-
mico denominado «naru». La composición hubo de ser redactada a prin
cipios del segundo milenio a.C.
— Oh tú, que vendrás más tarde, abre la caja de fundación y lee
para ti esta estela que yo, Naram-Sin, nieto de Sargón, el rey dí
Akkad, he escrito y dejado para la posteridad.
El anciano Enmerkar, rey de Uruk, a pesar de su fama y de habei
vivido 420 años, ha desaparecido para siempre. Enmerkar, que era
entonces el regente del país, ha desaparecido para siempre. Mi padre
gobernaba la tierra, luego falleció. Y yo me convertí en el gober
nante del país.
Cuando hubieron transcurrido 100 años, cuando fueron consu
midos otros 100 años más, la diosa Ishtar cambió su opinión corí
respecto a su país: los umman-manda, belicosos nómadas de las fron
teras del Este, penetrarían y recorrerían el país.
— Yo, Naram-Sin, interrogué a los grandes dioses: Ishtar, libaba:
Zababa, Anunitum, Hanish, Shullat y Shamash, el héroe. Convoy
qué y consulté a los adivinos. Consagré un cordero para cada uno
de los siete dioses, preparé las santas mesas de ofrendas y los adivii
nos me hablaron así:
— N o decidas nada, estáte tranquilo hasta que los grandes dio
ses te hayan comunicado su voluntad.
El rey Enmerkar sufrió un juicio penoso. Shamash, que le pro
nunció juicio y veredicto, ha castigado su espíritu y el espíritu de
los suyos y los de su familia, el espíritu de su descendiente y el
espíritu del descendiente de su descendiente. Shamash, el héroe|
señor de lo de Arriba y de lo de Abajo, señor de los Anunnakij
Señor de los espíritus de los muertos que beben aguas sucias y nQ
disfrutan agua pura, le dictó un juicio penoso, porque él, Ennierf
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