Page 338 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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apoderará de ella. Al peso de una mina de plata sólo corresponde
rá una medida, una sutu, de cebada. No hubo, pues, en el país, rey
tan poderoso que fuese su vencedor.
— Así me habló la santa Dilbat. Yo, por mi parte, llevé los cau
tivos a los grandes dioses como tributo. N o puse mi mano sobre
ellos para matarlos. Oh tú, quienquiera que seas, gobernador, prín
cipe o cualquiera a quien los dioses nombren para ejercer la rea
leza, para ti he hecho una caja de fundación y he guardado en
ella esta estela escrita. La he dejado para ti en la capilla del dios
Nergal, en Kutha, en el templo Emeshlam. Consulta, pues, esta
estela y hazte leer lo que dice. Luego no tengas más ni confusión
ni desconcierto, no temas más, ni tiemble^. Si tú quieres que las
bases sean estables y tú mismo hacer el amor en el seno de tu
mujer, establece la confianza en el interior de tus murallas, llena
de agua tus fosos. Haz entrar en tu ciudad fortificada tus cofres
de riqueza, tu grano, tu plata, tus pertenencias. ¿Ceñir las armas?
¡No, déjalas en las esquinas! Reprime tu valentía, asegura tu pro
pia salud. Si él invade tu país, no salgas contra él. Si se lleva tu gana
do, no te acerques a él. Si come la carne de tu porvenir, incluso
si renueva sus depredaciones, sé humilde, sé prudente y contesta^
le: — «¡Sí, mi señor!» A sus ofensas responde con la benevolencia;:
A la benevolencia con regalos y gratificaciones, pero no te aven-;
tures traspasando sus fronteras. Deja que unos escribas sabios redact
ten tu propia estela, tú que por haber visto mi estela te habrás podi
do salvar. ¡Tú, que me habrás bendecido, que otro más tarde..t£
bendiga a ti!
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