Page 96 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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El dios Enlil, el titular de la atmósfera, el rey del diluvio y el
señor de los destinos, había hecho descender de las montañas a
seres primitivos, los guteos, que ignoraban los avances de la civili
zación, de la cual era espejo la ciudad de Uruk. Tras permanecer
largos años como dominadores del país de Sumer, destruyéndolo
todo, el propio Enlil, confortado con la opinión favorable de Inan
na, deseó expulsarlos y hacer desaparecer a la horda Gutium.
Y así, contra Gutium, la serpiente, el escorpión de las monta
ñas, que había violentado a los dioses, que había transferido la rea
leza de Sumer a manos extranjeras, que había llenado Sumer de toda
iniquidad, que había robado su mujer al que tenía una mujer, que
había robado su niño al que tenía un niño, que había instalado la
iniquidad y la violencia en el país, contra él, Enlil, el rey de todos
los países, le dio la misión a Utukhegal de aniquilar el nombre de
los guteos.
Al hombre fuerte, al rey de la ciudad de Uruk, al rey de las
cuatro regiones, que no vuelve nunca sobre sus propias palabras,
Enlil, el rey de todos los países, le encargó destruirlos.
Utukhegal, advertido de ello, se dirigió al templo de Inanna, su
señora, y le hizo este ruego:
— ¡Oh mi señora, leona de los combates, tu que dominas los paí
ses extranjeros! Enlil me ha encargado la misión de restituir la rea
leza a Sumer. ¡Sé mi sostén! ¡Que las horas de Gutium sean extir
padas! Tiriqan, el rey de Gutium, ha hablado, pero nadie ha
marchado contra él. Se ha establecido sobre las dos orillas del Tigris.
En el sur ha saqueado los campos de Sumer, en el norte ha saquea
do las caravanas. Sobre los caminos del país ha dejado que la hier
ba creciera muy alta.
Tras hablar así a la diosa Inanna, el rey, al que Enlil le había
dotado de fuerza, al que Inanna había escogido en su corazón,
Utukhegal, el hombre fuerte, marchó desde Uruk contra Tiriqan.
En el templo de Ishkur ofreció un sacrificio. Luego arengó a
las gentes de su ciudad:
— ¡Súbditos· míos, Enlil me ha entregado Gutium! ¡Mi señora
Inanna es mi sostén! ¡Dumuzi, que es Amaushumgalanna, ha pro
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