Page 136 - El nuevo zar
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posible. Si bien él no tenía facultades fiscales, sí tenía la autoridad del
Kremlin para rastrear presupuestos y contratos, llevar a cabo investigaciones
y compilar gruesas carpetas con pruebas incriminatorias para utilizar cuando
fuera necesario. La información le dio poder e influencia. Se convirtió en un
moderno revizor, el inspector estatal de la obra satírica de Gógol cuya llegada,
que se espera en el pueblo, atemoriza mucho a los mendaces funcionarios
locales que cubren de elogios a un desprevenido dandi en un caso de
identidad equivocada. Hacia el final del primer mes en su trabajo, Putin había
declarado incompetente a un viceministro de Transporte, Anatoli Nasónov,
después de que «controles selectivos» en dieciocho regiones hallaran que
miles de millones de dólares habían sido robados del Fondo Federal de
Carreteras. Para mayo de 1997, había expandido sus averiguaciones a un
tercio de las ochenta y nueve regiones o repúblicas del país, y había acusado a
doscientos sesenta funcionarios de actividad ilícita. Para septiembre, había
anunciado medidas disciplinarias contra cuatrocientos cincuenta funcionarios
y recalcado la existencia de «pruebas» particularmente «flagrantes» de uso
indebido del presupuesto en las regiones de Stávropol y Tver.[35] Putin causó
buena impresión en sus superiores con su diligencia para reafirmar la
autoridad del Kremlin, aunque fuera de forma selectiva, y con ello volver a
llenar las arcas del Gobierno.[36] En ocasiones, también los desconcertaba.
Boris Nemtsov, un joven vice primer ministro al que Yeltsin había nombrado
el mismo mes en que Putin asumió el directorio, recordaba que Putin entregó
un informe sobre robo y corrupción que su departamento había descubierto en
una fundación creada por Anatoli Chubáis, quien no lo había tenido en cuenta
para un empleo en 1996. El informe finalizaba con una salutación que
Nemtsov, un demócrata reformista, sintió que era propia del habla de un
agente de inteligencia: «Informo a su discreción». Nemtsov le pidió
explicaciones, diciendo que, si creía que se había cometido un delito, debía
remitirlo a los fiscales en lugar de escribir eso. «¿Qué significa?», le preguntó
a su subordinado. Putin no hizo esperar su respuesta: «Usted es el jefe y usted
decide».[37]
Putin había estado pensando acerca de los problemas económicos del país
desde hacía algún tiempo. En mayo de 1996, cuando aún se encontraba en
San Petersburgo, Putin se había inscrito formalmente en una universidad para