Page 325 - El nuevo zar
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KREMLIN, S. A.
Una semana antes de la segunda vuelta para las elecciones presidenciales en
Ucrania en diciembre de 2004, Rusia desmanteló Yukos Oil. En sus
declaraciones públicas, desde el mismo momento en que comenzó el caso,
Putin había insistido en que el Kremlin no tenía intención de hacerlo, y
muchas personas —los otros magnates, inversores extranjeros, rusos
corrientes— le habían creído. Dieron por sentado que, incluso si todo el
procesamiento provenía de una animosidad hacia Jodorkovski, Putin no
destruiría a la compañía más rica del país. Sin embargo, mientras continuaba
el ataque judicial contra Jodorkovski y la misma Yukos, a Putin comenzó a
serle más difícil defender su propia inocencia o negar lo que estaba
empezando a ser obvio. Puede que él no hubiera iniciado las acusaciones
penales y fiscales contra Yukos, según un funcionario del Kremlin, pero «en
algún momento pasó de observador a participante y, luego, a líder» de la
demolición final de la compañía y la redistribución de su activo más rico, la
joya de la corona de su imperio de petróleo.[1]
Yuganskneftegaz era la principal unidad de producción de Yukos. Estaba
ubicada en un afluente del río Obi en el oeste de Siberia. Los primeros pozos
fueron abiertos durante el auge soviético del petróleo en la década de 1960,
pero la producción había disminuido a paso constante con el tiempo, con una
pésima administración en los años anteriores y posteriores al colapso
soviético. El banco de Jodorkovski adquirió el proyecto como parte del
infame acuerdo de «préstamos por acciones» que protegió la presidencia de
Yeltsin. Los inversores del banco pagaron solo 150 millones de dólares por