Page 389 - El nuevo zar
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exterior, demostrando tal desenvoltura e inteligencia que se gana una ovación
de pie de la prensa. Una interpretación de la película —cuya intención era
«alimentar las fantasías de las admiradoras de Putin»— sugería que su
mensaje subyacente era que el destino político del país descansaba en la
estabilidad del matrimonio de Plátov.[21]
Los verdaderos reporteros del equipo de prensa del Kremlin sabían no
preguntar, ni mucho menos escribir, acerca de la familia de Putin. Sin
embargo, para el final de su presidencia, era imposible no observar lo que
Topol llamaba «rumores ampliamente debatidos» acerca de que «algo no iba
bien con la media naranja» del presidente. «El hecho de que Vladímir Putin,
así como cualquier hombre sano, no es indiferente a las mujeres bonitas y
atléticas es algo bien sabido en su círculo interno», escribió Topol, y luego
mencionó el «chisme» que lo vinculaba con otras mujeres, como una
presentadora muy conocida de las noticias de la televisión estatal en Canal
Uno, Yekaterina Andreieva, una antigua estrella del baloncesto. Incluso hizo
alusión a la periodista Yelena Tregúbova y a su historia de cómo Putin la
había llevado a comer sushi a un restaurante vacío. El artículo se refería a las
relaciones personales y «escándalos» de otros líderes mundiales —desde
Sarkozy hasta Bill Clinton y Václav Klaus, de la República Checa— y sugería
que quizás el público ruso también estaba preparado para aceptar el divorcio
de un líder como el estado normal de cosas, en lugar del mito del hogar feliz
que el Kremlin había creado.
Pese a las fuentes engañosas de las que bebía el artículo —la
representante de Kabáieva lo negó todo y la boda, de hecho, no ocurrió en
junio—, este creó sensación, despertó el interés de la prensa extranjera y
aterrorizó a los periodistas rusos que sabían que había ido más lejos de lo que
nadie se había atrevido antes. El artículo se propagó por internet, que
entonces todavía estaba fuera del control de los guardaespaldas del Kremlin, y
puso a prueba el escudo, antes de hierro, construido en torno a la vida
personal de Putin. La campaña para la elección presidencial de Dmitri
Medvédev había prometido una Rusia más abierta, un lugar más libre, y
quizás ahora era posible hablar de asuntos que antes habían estado prohibidos.
Tras una semana de rumores agitados, se volvió imposible para Putin
evitar la cuestión durante más tiempo. Debió tratar el tema durante una
conferencia de prensa en Italia, con Silvio Berlusconi, cuyas propias
inclinaciones personales aportaban un sinfín de material para la