Page 390 - El nuevo zar
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despreocupada prensa de Italia. Berlusconi, que acababa de ganar la última
vuelta de las elecciones, sentía una profunda admiración por Putin y su estilo
político, y el sentimiento era mutuo. Putin comenzó a vestir trajes
confeccionados por el sastre de Berlusconi y se hicieron cercanos en los
negocios y en lo privado; negociaron acuerdos, intercambiaron visitas y
grandes regalos, incluida una cama con dosel que sería el decorado central del
muy publicitado amorío de Berlusconi con una prostituta ofendida, Patrizia
D’Addario. El líder italiano la llamaba «la cama de Putin».[22]
La pregunta la formuló una reportera rusa de Nezavísimaia Gazeta. Tuvo
cuidado de observar que los rumores habían llegado a la prensa italiana, pero
parecía turbada de todos modos. Comenzó con una pregunta acerca del
propósito de la visita, pero después se despachó con una sobre el rumor de su
divorcio y otra sobre si la hija mayor de Putin, Masha, se había mudado
realmente a Alemania y se había casado. Tras un breve comentario al margen,
Putin enfatizó que no tenía la intención de esquivar la pregunta más
incendiaria. «Lo primero que quiero decir es esto: no hay una sola palabra
cierta en lo que usted acaba de decir», replicó. Evidentemente, conocía el
artículo porque pasó a mencionar a Andreieva, también, y rumores sobre otras
relaciones, aun cuando la reportera no lo había hecho. Luego intentó restarle
importancia. «Pienso que nadie se sorprendería si digo que me gustan todas,
igual que me gustan todas las mujeres rusas. Pienso que nadie se ofenderá si
digo que personalmente creo que nuestras mujeres rusas son las más
talentosas y bonitas. Las únicas mujeres que se les comparan en ese sentido
son las italianas.» Después de la traducción, los italianos aprobaron con risas
sus palabras, mientras Berlusconi sonreía y asentía. Luego Putin se tornó
gélido. «Desde luego, estoy al tanto del cliché de que los políticos viven en
casas de cristal, y las personas, por supuesto, tienen derecho a saber cómo
viven aquellos que se involucran en las actividades políticas, pero incluso en
ese caso deben existir algunos límites.»
Continuó: «Existe algo que es la vida privada de uno, en la que nadie se
debería permitir inmiscuirse. Siempre he reaccionado negativamente ante
aquellos que, con sus narices presumidas y sus fantasías eróticas, se meten en
las vidas de otras personas». Luego cambió de tema, citando el crecimiento de
la economía bajo su presidencia. Rusia había reducido a la mitad el número
de ciudadanos que vivían en la pobreza; los ingresos reales estaban creciendo;
y al menos «ya nadie preguntaba por Chechenia». La respuesta resultó