Page 483 - El nuevo zar
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SOLO EN EL OLIMPO
Putin cumplió sesenta años en octubre de 2012, con lo cual alcanzó la edad
oficial de jubilación para los hombres en Rusia. El límite no afectaba al
presidente u otros con altos cargos, pero, como presidente, Dmitri Medvédev
había subrayado la importancia de rebajar la edad de jubilación a sesenta y
cinco. La idea era «rejuvenecer» las filas de la abultada burocracia haciendo
espacio para que personas más jóvenes pudieran ascender. Con la
aproximación de su cumpleaños —y con varios de sus aliados más cercanos
en el Gobierno que ya habían pasado ese hito—, Putin ahora aumentó la edad
de jubilación a setenta. Pareció un ajuste menor, pero era parte de un patrón
que buscaba revertir, paso a paso, cualquier legado que hubiese dejado la
presidencia de Medvédev. Además de la edad de jubilación y la
despenalización de la difamación oral que Medvédev había aprobado, Putin
restableció los dos husos horarios que Medvédev había eliminado y revirtió su
decisión poco popular de dejar de modificar los relojes dos veces al año. Las
reformas políticas de Medvédev, anunciadas como una concesión en medio de
las protestas del invierno de 2011-2012 y promulgadas con su firma como ley
en una de sus últimas acciones como presidente, fueron ahora disueltas a fin
de que las elecciones para líderes regionales involucraran solo a candidatos
seleccionados por el Kremlin.
Aunque Medvédev seguía siendo primer ministro y el líder de Rusia
Unida, el Kremlin parecía decidido a borrarlo del panteón de los líderes del
país, como si la presidencia de Putin nunca hubiera sido interrumpida. El
Kremlin llegó a minimizar los logros de Medvédev y revisó la historia en un