Page 78 - El nuevo zar
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pequeña —54 %— votó a favor de cambiar el nombre de la ciudad.[34]
Vladímir Putin no cumplió ningún papel en la política de colapso de la
Unión Soviética. No mereció ninguna aparición en las muchas memorias e
historias contemporáneas sobre los sucesos monumentales de 1991: ni
siquiera en las de Sobchak, que escribió el año posterior a que Putin
comenzara a trabajar para él. Seguía siendo un funcionario joven,
acostumbrado a trabajar en las filas y en las sombras. Sin embargo, sus
lealtades y su destino ahora dependían del líder político indiscutido de la
ciudad, un hombre que era mencionado con frecuencia como el futuro
presidente de toda Rusia.
Tras la elección de Sobchak, Putin concluyó su trabajo en la universidad
y, en junio de 1991, se unió al personal del alcalde como director del nuevo
comité de relaciones exteriores de la ciudad. Se volvió indispensable: una
presencia tranquila, equilibrada pero adusta, que trabajaba en una oficina
poco amueblada. Trabajó tan laboriosamente y con tanta eficiencia y «bruta
determinación», como lo describió un colega, que se ganó el apodo poco
favorecedor de «Stasi», solo en parte debido a su experiencia de servicio en
Alemania Oriental.[35]
El KGB no había olvidado a su oficial en las filas de Sobchak. Por
casualidad o no, los colegas de Putin se presentaron en su oficina una tarde
después que Sobchak saliera raudamente de viaje y dejara a su asesor con tres
hojas de papel en blanco, todas firmadas, para completar con diversas
cuestiones de la alcaldía. Los oficiales que se personaron querían una de ellas
para algún propósito vil que él no conocía o nunca contó. «¿No ven que este
hombre confía en mí?», alegó haberles dicho Putin, mostrándoles una carpeta
con papeles.[36] Putin no se negó de plano, pero ellos no insistieron,
tampoco. Simplemente se disculparon y se fueron.
El 17 de agosto de 1991, los Putin salieron de vacaciones en coche hasta
Kaliningrado para quedarse en un complejo hotelero en el istmo de Curlandia,
una medialuna de playas, dunas y bosques en el mar Báltico.[37] Sobchak
había pasado ese fin de semana en Lituania para discutir su visión de un
acuerdo de libre comercio, y luego regresó a Moscú en la noche del 18 de
agosto para participar dos días más tarde en la firma de un nuevo tratado de