Page 67 - Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida (Spanish Edition)
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LA CULPA


                 Pocas emociones pueden resultar tan tóxicas y destructivas como la culpa. Consiste en
              sentir que uno no ha actuado correctamente o que no ha cumplido con las expectativas
              que había generado, decepcionado así a otras personas —¡o a uno mismo!—.
                 El origen de la culpa puede tener orígenes o causas diversas: el nivel de exigencia —o
              autoexigencia—, la educación de los padres, los tabús exigidos, el colegio, la relación con
              los compañeros, temas sexuales mal formados o instruidos en la infancia-adolescencia o
              interpretaciones  incorrectas  o  extremas  de  la  religión.  De  hecho  la  culpa  tiene  varios
              focos:


                   — Puede originarse dentro de ti. En este caso traes a tu mente siempre un fallo o
                      una decepción. Tu punto de mira está en ti, en tus limitaciones o en tus errores.
                      Te tratas con desprecio, con una dureza terrible que te impide avanzar y ver lo
                      positivo.
                   —  Puede  surgir  del  exterior.  Cuando  tu  entorno  te  recuerda  o  te  apunta  con  el
                      «dedo  acusador»:  en  la  infancia,  «debería  darte  vergüenza…»,  «si  haces  eso,
                      pones  triste  a  papá…»;  o  en  la  edad  adulta,  «deberías  haber  estudiado
                      Económicas»,  «no  tendrías  que  haberte  casado  con…»,  «no  deberías  haber
                      entrado en ese negocio», «tendrías que haberlo visto venir…».






                 ¡Cuidado!  Tanto  las  voces  interiores  como  las  exteriores  pueden  resultar
                 igual de perjudiciales para la mente y para el cuerpo.






                 La culpa hunde; no permite avanzar. Algunos sentimientos de culpa pueden conducir a
              estados de ánimo severos. Es relativamente frecuente tratar en consulta personalidades
              muy  neuróticas,  deprimidas,  que  se  han  instalado  en  un  proceso  de  culpa  que  no
              consiguen sanar. Cuando la culpa tenga una base real —¡a veces sí cometemos errores
              graves!— intenta que ese pasado erróneo sea un impulso para mejorar, para aprender y
              superar esa caída.




                                                   EL CASO DE CATALINA


                 Catalina se casó a los treinta y un años. Ha trabajado toda la vida en una
                 empresa  multinacional,  viajando  por  España  y  Europa.  Disfruta  con  su
                 trabajo y nunca ha sentido instinto maternal.
                    A los treinta y tres fue madre por primera vez. Tras el parto, durante su
                 baja  por  maternidad,  comenzó  a  sentir  un  gran  apego  hacia  su  hijo



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