Page 69 - Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida (Spanish Edition)
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CÓMO APACIGUAR EL SENTIMIENTO DE CULPA


                   — Fíjate y toma nota de las principales culpas que te asaltan la mente a lo largo del
                      día. Observa cuáles son los sucesos de tu vida que te afectan más. Acepta que
                      quizá te juzgas con demasiada dureza en algunos asuntos.
                   — Haz una lista de fallos, culpas o faltas que hayas podido cometer a lo largo de la
                      vida  y  que  te  hayan  marcado  de  alguna  manera.  Sin  exagerar,  no  seas
                      excesivamente duro ni excesivamente indulgente, un punto medio. Puntúalas de
                      cero a cinco. Gracias a tus anotaciones te darás cuenta de que puedes acotar de
                      forma precisa tu percepción de culpabilidad.
                   — Observa ese evento de tu pasado que te atormenta como si estuvieras sentado en
                      el tren, viendo esa escena de tu vida pasar ante ti. Date cuenta de que ya no hay
                      forma de influir en ella. La culpa no ayuda, no te hace crecer. No te quita la pena,
                      la angustia o la desesperanza. No es constructiva. Es solo una emoción tóxica que
                      te impide avanzar y que hay que procesar y destruir.
                   — Vuelve a tu presente con esta pregunta arriesgada: ¿qué me estoy perdiendo de
                      mi  presente  por  vivir  enganchado  en  la  culpa?  Te  sorprenderás,  cosas  buenas
                      están sucediendo en tu entorno, ¡seguro!, que no eres capaz de percibir.
                   — Aprende a quererte. Para estar bien en la vida, lo más necesario es saber estar
                      bien  con  uno  mismo.  Las  personas  que  se  asientan  en  la  culpa  no  logran
                      visualizar sus fortalezas y sus talentos. Perciben que todo recae constantemente
                      en ellos por sus limitaciones o defectos (¡su percepción está distorsionada!).
                   —  Cuidado  con  el  victimismo.  La  culpa  es  una  rampa  deslizante  que  acaba  en
                      muchas  ocasiones  en  el  victimismo,  comportamiento  neurótico  y  tóxico  que
                      entorpece tu visión de la vida y tu manera de relacionarte con los demás.
                   — Busca en ti cosas que te agraden. Existen, pero en ocasiones tu estado de ánimo,
                      tus  anclajes  en  el  pasado,  te  lo  impiden  ver.  Seguro  que  dentro  de  ti  existen
                      aptitudes que pueden ser un impulso para crecer en positivo, ¡aunque disgusten a
                      otros! Ahí está tu mayor reto: despegarte de la opinión y juicio de los demás.
                   — Fija tus valores. La culpa conlleva que todo el sistema de valores se tambalee.
                      Uno  no  sabe  qué  cree  ni  por  qué  cree.  ¿Qué  rige  tu  vida?  Piensa  si  no  estás
                      siendo muy duro contigo mismo por algo impuesto desde fuera o por exigencias
                      de las que te has ido cargando a lo largo de la vida.




















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