Page 85 - Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida (Spanish Edition)
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RECUERDOS CON ALTO NIVEL DE CARGA EMOCIONAL
Existen sucesos o recuerdos que poseen un nivel de carga emocional potente. Eso hace
que al revivirlos las conexiones neuronales se activen de tal forma que el organismo
entero se vea afectado —temblor, taquicardia, sudoración, taquipnea…— con la
consecuente subida del cortisol y adrenalina.
Una persona con la amígdala afectada o dañada tiene problemas serios para
detectar la alarma, el peligro o el riesgo.
El secuestro amigdalar —Amygdala Hijack— acuñado por Daniel Goleman en su libro
sobre inteligencia emocional, se refiere a aquellas respuestas emocionales que surgen de
forma abrupta y exagerada.
Recibido un estímulo, la reacción del cuerpo resulta excesiva y explosiva. No se trata
de un problema mental como tal, sino de un suceso pasado con gran carga emotiva que
bloquea al que lo sufrió, de modo que, ante un evento actual que lo revive
indirectamente, el sujeto no es capaz de decidir o razonar con claridad. El individuo que
responde de esta forma se encuentra anulado por sus emociones.
Todos conocemos personas que han pasado por esto. Son individuos con gran
temperamento: frente a pequeños estímulos, la repercusión ante los demás es de choque
frontal. Algunos lo denominan «perder los papeles»; otros, «no tiene filtro»; o bien, «es
de mecha corta»… ¿Solución? Existe, hay que aprender a gestionar las emociones y
trabajar en entender el origen de esas reacciones abruptas.
EL CASO DE GUILLERMO
Guillermo es un hombre casado desde hace tres años con Laura. Se
conocieron en un congreso médico en Atlanta. Él trabaja en un laboratorio y
ella es cardióloga. Ella acudía casi siempre con su pareja de entonces —otro
médico del mismo hospital— a las convenciones, pero en esa ocasión no
había podido acompañarla.
Guillermo ya había tratado con Laura varias veces debido a su profesión.
Le parecía una mujer atractiva y le gustaba pasar tiempo con ella. Era
consciente de que tenía pareja, un médico al que él había visitado por otros
asuntos alguna vez, y, por lo tanto, se mantenía a raya. Durante el
congreso, percibió un cambio en Laura, estaba más amable y cercana y se
notaba que ella intentaba dedicarle más tiempo. Guillermo, nervioso, no
sabía cómo actuar, pero una noche, tras tomar unas copas después de la
cena, acabaron juntos en la habitación de ella.
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