Page 46 - MARX DOSCIENTOS AÑOS DESPUÉS (2018)
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Marx: doscientos años después (1818-2018)
lectura se lo transmitió a su hijo Karl” (Cardona Castro,
2002, pp. 12-13).
Él lo acercó a los libros, a la lectura, pero no a cualquier
lectura. Los análisis y la crítica a los momentos de su entorno
nacional y continental. Cultivó su gusto por el estudio.
Aunque el viejo Marx quería que su hijo siguiera su
profesión, el joven Karl, de espíritu rebelde, no se resistió
mucho ante los anhelos de su padre. Redactó una famosa
carta, poco difundida en ámbitos pedagógicos, a sus 17 años:
Reflexiones de un joven al elegir su profesión de 1835, donde
decía: “cuando el hombre sólo se preocupa de sí mismo,
puede llegar a ser, sin duda, un famoso erudito, un gran sabio,
un excelente poeta, pero nunca llegará a ser un hombre
perfecto, un hombre verdaderamente grande” (Marx, 1984, p.
4). Prueba neta donde exponía las posturas personales sobre
lo que significa imponer una tradición laboral, pero en
detrimento de lo social, de esa extensión que debe tener
nuestras vidas con nuestros congéneres, con nuestra
comunidad humana. No obstante, su sinceridad, no quiso
defraudar al viejo.
Al iniciar sus estudios, intercambia gran cantidad de
correspondencia con su progenitor. Su padre cree mucho en
él. Le “reprime” con respeto y cariño. Karl siempre mostrará
respeto según evidencias.
Finalmente, sufre mucho con la partida material del viejo
Heinrich. Hasta el final de su propia vida estará con el cuadro
de su padre del que se dice fue puesto en su tumba a petición
personal. El amor de un hijo a su padre, dentro de la historia
de la filosofía encuentra en la relación Heinrich-Karl, una
expresión fascinante que invita a ser estudiada del llamado
padre del socialismo científico. Su biógrafo más clásico,
Mehring (1965) escribirá:
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