Page 48 - MARX DOSCIENTOS AÑOS DESPUÉS (2018)
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Marx: doscientos años después (1818-2018)
Entre sus cartas más famosas están las que se enviaban en
época de los exilios. También figuran aquellas cartas en las
cuales, en ausencia de su esposo o en desespero de él, ella
toma la batuta y acude a la solidaridad de los más cercanos.
Jenny, en varias ocasiones, deja registro de lo que viven las
personas que están relacionadas con algún tipo de lucha en
causas justas de reivindicación. Esta postura pasaría factura
por los persecutores del Estado de turno que les persiguió;
ella reaccionaba en sus vicisitudes entre la rabia e
indignación.
En Carta De Jenny Marx A Joseph Weydemeyer (1850), ella
escribe: “vinieron los alguaciles y me embargaron los pocos
objetos que poseía –ropa, camas-, todo, hasta la cuna de mi
pobre hijito y los mejores juguetes de mis hijas, que se
pusieron a llorar amargamente” (J. Marx, en Fromm, p. 255).
Jenny fue una vital compañera. Fue una fiel colaboradora,
tanto o más inteligente que su amado esposo a la hora de
analizar la realidad. Ella aprendió a colaborar en el trabajo de
Karl. No era su simple asistente, pues, valoraba su ayuda y
así lo manifestaba. Le tenía tanto respeto por su inteligencia y
su criticidad; él mostraba sus manuscritos y daba gran
importancia a su opinión antes de enviarlos a impresión
(Lafargue, 2012, p. 247).
La concreción de ese amor fue la familia que integraron.
Familia que, por demás, sufrió todo tipo de vicisitudes y
oprobios. Llegaron a ser una familia sin patria. Juntos
sufrieron el tormento de perder a tres de sus seis hijos a muy
temprana edad durante el exilio londinense. Décadas después,
“el 2 de diciembre de 1881, la esposa de Marx murió como
había vivido, como comunista y materialista”, comentaba
Lafargue (2002, p. 252). Karl, no se repuso nunca de la
pérdida de su amada. Con sus hijas, Karl H. era especial,
acotaba su yerno sobre él:
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