Page 108 - El Hobbit
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tenido problemas con ellos? ¿Para qué os acercasteis a esos trasgos?
—No pretendíamos hacerlo. Nos sorprendieron de noche en un paso por el
que teníamos que cruzar. Estábamos saliendo de los territorios del Oeste, y
llegando aquí… Es una larga historia.
—Entonces será mejor que entréis y me contéis algo de eso, si no os lleva
todo el día —dijo el hombre, volviéndose hacia una puerta oscura que daba al
patio y al interior de la casa.
Siguiéndolo, se encontraron en una sala espaciosa con una chimenea en el
medio. Aunque era verano había troncos quemándose, y el humo se elevaba
hasta las vigas ennegrecidas y salía a través de una abertura en el techo.
Cruzaron esta sala mortecina, sólo iluminada por el fuego y el orificio de
arriba, y entraron por otra puerta más pequeña en una especie de veranda
sostenida por unos postes de madera que eran simples troncos de árbol. Estaba
orientada al sur, y todavía se sentía el calor y la luz del sol poniente que se
deslizaba dentro y caía en destellos dorados sobre el jardín florecido, que llegaba
al pie de los escalones. Allí se sentaron en bancos de madera mientras Gandalf
comenzaba la historia. Bilbo balanceaba las piernas colgantes y contemplaba las
flores del jardín, preguntándose qué nombres tendrían; nunca había visto antes ni
la mitad de ellas.
—Venía yo por las montañas con un amigo o dos… —dijo el mago.
—¿O dos? Sólo puedo ver uno, y en verdad bastante pequeño —dijo Beorn.
—Bien, para serte sincero, no quería molestarte con todos nosotros hasta
averiguar si estabas ocupado. Haré una llamada, si me permites.
—¡Vamos, llama!