Page 146 - El Hobbit
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del Mar vivieron durante siglos y se hicieron más justos, prudentes y sabios, y
      desarrollaron  artes  mágicas,  y  la  habilidad  de  crear  objetos  hermosos  y
      maravillosos, antes que algunos volvieran al Ancho Mundo. En el Ancho Mundo
      los  Elfos  del  Bosque  disfrutaban  de  los  crepúsculos  del  sol  y  la  luna,  pero
      preferían  las  estrellas;  e  iban  de  un  lado  a  otro  por  los  bosques  enormes  que
      crecían en tierras ahora perdidas. Habitaban la mayor parte del tiempo en los
      límites de las florestas, de donde salían a veces para cazar o cabalgar y correr
      por los espacios abiertos a la luz de la luna o de los astros; y luego de la llegada de
      los Hombres, se aficionaron más y más al crepúsculo y a la noche. Sin embargo,
      eran y siguen siendo elfos, y esto significa Buena Gente.
        En una gran cueva, algunas millas dentro del Bosque Negro, en el lado este,
      vivía en este tiempo el más grande rey de los elfos. Por delante de unas puertas
      de piedra corría un río que venía de las cimas de los bosques y desembocaba
      dentro  y  fuera  de  los  pantanos,  al  pie  de  las  altas  tierras  boscosas.  Esta  gran
      cueva,  en  la  que  se  abrían  a  un  lado  y  a  otro  otras  cuevas  más  reducidas,  se
      hundía mucho bajo tierra y tenía numerosos pasadizos y amplios salones; pero
      era  más  luminosa  y  saludable  que  cualquier  morada  de  trasgos,  y  no  tan
      profunda ni tan peligrosa. De hecho, los súbditos del rey vivían y cazaban en su
      mayor parte en los bosques abiertos y tenían casas o cabañas en el suelo o sobre
      las ramas. Las hayas eran sus árboles favoritos. La cueva del rey era el palacio,
      un sitio seguro para guardar los tesoros y una fortaleza contra el enemigo.
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