Page 232 - El Hobbit
P. 232
16
Un ladrón en la noche
A hora los días se sucedían lentos y aburridos. Muchos de los enanos pasaban el
tiempo apilando y clasificando el tesoro; y ahora Thorin hablaba de la Piedra del
Arca de Thrain, y mandaba ansiosamente que la buscasen por todos los rincones.
—Pues la Piedra del Arca de mi padre —decía— vale más que un río de oro,
y para mí no tiene precio. De todo el tesoro esa piedra la reclamo para mí, y me
vengaré de aquel que la encuentre y la retenga.
Bilbo oyó estas palabras y se asustó, preguntándose qué ocurriría si
encontraban la piedra, envuelta en un viejo hatillo de trapos harapientos que le
servía de almohada. De todos modos nada dijo, pues mientras el cansancio de los
días se hacía cada vez mayor, los principios de un plan se le iban ordenando en la
cabecita.
Las cosas siguieron así por algún tiempo hasta que los cuervos trajeron
nuevas de que Dain y más de quinientos enanos, apresurándose desde las Colinas
de Hierro, estaban a unos dos días de camino de Valle, viniendo del nordeste.
—Mas no alcanzarán indemnes la Montaña —dijo Roäc—, y mucho me
temo que habrá batalla en el valle. No creo que convenga esa decisión. Aunque
son gente ruda, no están preparados para vencer a la hueste que os acosa; y
aunque así fuera, ¿qué ganaríais? El invierno y las nieves se dan prisa tras ellos.
¿Cómo os alimentaréis sin la amistad y hospitalidad de las tierras de alrededor? El
tesoro puede ser vuestra perdición, ¡aunque el dragón ya no esté!
Pero Thorin no se inmutó. —La mordedura del invierno y las nieves la