Page 1143 - El Señor de los Anillos
P. 1143

En  los  ojos  rojos  de  Lengua  de  Serpiente  apareció  una  mirada  de  odio
      salvaje.
        —Tú me dijiste que lo hiciera —siseó. Saruman lanzó una carcajada.
        —Y tú haces lo que Zarquino te dice, siempre, ¿verdad, Serpiente? Pues bien,
      ahora te dice: ¡sígueme! —Y mientras el otro se arrastraba, le lanzó un puntapié
      a  la  cara  y  echó  a  andar.  Pero  algo  se  quebró  en  ese  instante.  Lengua  de
      Serpiente se irguió de pronto y sacó un puñal que llevaba escondido; gruñendo
      como un perro saltó sobre la espalda de Saruman, y tirándole la cabeza hacia
      atrás,  le  hundió  la  hoja  en  la  garganta;  luego,  con  un  aullido,  echó  a  correr
      sendero  abajo.  Antes  que  Frodo  pudiera  recobrarse  ni  pronunciar  una  sola
      palabra, tres arcos hobbits silbaron en el aire, y Lengua de Serpiente se desplomó
      sin vida.
      Ante el espanto de todos, alrededor del cadáver de Saruman se formó una niebla
      gris, que subió lentamente a gran altura como el humo de una hoguera, mientras
      una figura pálida y amortajada asomaba sobre la colina. Vaciló un instante, de
      cara al poniente; pero una ráfaga de viento sopló desde el oeste, y la figura se
      dobló, y con un suspiro se deshizo en nada.
        Frodo miró el cadáver con horror y piedad, y de pronto le pareció ver en él
      largos  años  de  muerte;  y  el  rostro  marchito  se  contrajo,  y  se  transformó  en
      jirones de piel sobre una calavera horrenda. Levantando los faldones del manto
      sucio que se extendía junto al cadáver, Frodo lo cubrió, y se alejó.
        —Y he aquí el final —dijo Sam—. Un final horrible, y no desearía haberlo
      visto; pero es una liberación.
        —Y el final definitivo de la guerra, espero —dijo Merry.
        —También yo lo espero —dijo Frodo suspirando—. El golpe definitivo, pero
      pensar que ha caído aquí, a las puertas mismas de Bolsón Cerrado. En medio de
      todas mis esperanzas y todos mis temores, jamás imaginé nada semejante.
        —Yo no diré que es el fin, hasta que hayamos arreglado este desbarajuste —
      dijo Sam con aire sombrío. Y eso nos llevará mucho tiempo y trabajo.
   1138   1139   1140   1141   1142   1143   1144   1145   1146   1147   1148