Page 190 - El Señor de los Anillos
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oscuro, alto, que algunos llaman Trancos. Conoce nuestro asunto y te
ayudará. Marcha hacia Rivendel. Espero que allí nos encontremos de nuevo.
Si no voy, Elrond te avisará.
Tuyo, de prisa
Gandalf.
PS. ¡No vuelvas a usarlo, por ninguna razón! ¡No viajes de noche!
PPS. Asegúrate de que es el verdadero Trancos. Hay mucha gente
extraña en los caminos. El verdadero nombre de Trancos es Aragorn.
No es oro todo lo que reluce,
ni toda la gente errante anda perdida;
a las raíces profundas no llega la escarcha;
el viejo vigoroso no se marchita.
De las cenizas subirá un fuego,
y una luz asomará en las sombras;
el descoronado será de nuevo rey,
forjarán otra vez la espada rota.
PPPS. Espero que Mantecona envíe ésta rápidamente. Hombre de bien,
pero con una memoria que es un baúl de trastos. Lo que necesitas está
siempre en el fondo. Si se olvida, lo asaré a fuego lento.
¡Adiós!
Frodo leyó la carta en silencio y luego la pasó a Pippin y a Sam.
—¡El viejo Mantecona ha hecho de veras un desaguisado! —dijo—. Se
merece que lo asen. Si yo hubiera recibido ésta a tiempo, ya estaríamos quizás
en Rivendel y a salvo. ¿Pero qué puede haberle ocurrido a Gandalf? Escribe
como si fuese a enfrentar un gran peligro.
—Eso ha estado haciendo durante muchos años —dijo Trancos.
Frodo se volvió y lo miró con aire pensativo, recordando la segunda postdata
de Gandalf.
—¿Por qué no me dijiste en seguida que eras amigo de Gandalf? —preguntó
—. Eso nos hubiera ahorrado mucho tiempo.
—¿Lo crees así? ¿Quién de vosotros lo hubiera creído? —dijo Trancos—. Yo
no sabía nada de ese mensaje. Si quería ayudaros, no podía hacer otra cosa que
tratar de ganar vuestra confianza, sin ninguna prueba. De cualquier modo, no
tenía la intención de contar en seguida todo lo que a mí se refiere. Primero tenía
que estudiaros y estar seguro. El enemigo me ha tendido trampas en el pasado.