Page 189 - El Señor de los Anillos
P. 189

Cebadilla, pero las cosas pequeñas ayudan también. Puedes dejar que el señor
      Sotomonte pase aquí la noche y puedes olvidar el nombre de Bolsón hasta que se
      haya alejado.
        —Así lo haré —dijo Mantecona—. Pero sabrán que está aquí sin que yo diga
      nada,  me  temo.  Es  lamentable  que  el  señor  Sotomonte  haya  llamado  tanto  la
      atención esta noche, para no decir más. La historia de la partida del señor Bilbo
      se  ha  oído  aquí  otras  veces,  ya  antes.  Aun  el  cabezota  de  Nob  ha  estado
      haciéndose  algunas  conjeturas  y  hay  gente  en  Bree  de  entendimiento  más
      rápido.
        —Bueno, sólo resta esperar que los Jinetes no vuelvan aún —dijo Frodo.
        —Ojalá  —dijo  Mantecona—.  Pero  fantasmas  o  no  fantasmas,  no  entrarán
      tan  fácilmente  en  El  Poney.  No  se  preocupe  usted  hasta  la  mañana.  Nob  no
      abrirá la boca. Ningún hombre negro cruzará mi puerta, mientras yo me tenga
      en pie. Yo y mi gente vigilaremos esta noche, pero a usted le haría bien dormir, si
      puede.
        —En todo caso, tienen que despertarnos al alba —dijo Frodo—. Partiremos lo
      antes posible. El desayuno a las seis y media, por favor.
        —De acuerdo. Iré a dar las órdenes —dijo el posadero—. Buenas noches,
      señor  Bolsón…  ¡Sotomonte,  quiero  decir!  Buenas  noches…  Pero,  bendito  sea,
      ¿dónde está el señor Brandigamo?
        —No lo sé —dijo Frodo, inquieto de pronto. Habían olvidado por completo a
      Merry y estaba haciéndose tarde—. Temo que esté fuera. Habló de salir a tomar
      un poco de aire.
        —Bueno,  de  veras  necesitan  que  los  cuiden.  ¡Se  diría  que  están  de
      vacaciones!  —dijo  Mantecona—.  Iré  en  seguida  a  atrancar  las  puertas,  pero
      avisaré que le abran al amigo de usted, cuando llegue. Será mejor que Nob vaya
      a buscarlo. ¡Buenas noches a todos!
        El señor Mantecona salió al fin, echando otra desconfiada mirada a Trancos
      y moviendo la cabeza se alejó por el pasillo.
        —¿Bien? —dijo Trancos—. ¿Cuándo va a abrir esa carta?
        Frodo examinó cuidadosamente el sello antes de romperlo. Parecía ser el de
      Gandalf. Dentro, escrito con la vigorosa pero elegante letra del mago, había el
      siguiente mensaje:
       El Poney Pisador, Bree. Día del Año Medio 1418 de la Comarca.
         Querido Frodo:
         Me han llegado malas noticias. He de partir inmediatamente. Harás bien
       en dejar la Comarca antes de fines de julio, como máximo. Regresaré tan
       pronto como pueda y te seguiré, si descubro que te has ido. Déjame aquí un
       mensaje,  si  pasas  por  Bree.  Puedes  confiar  en  el  posadero  (Mantecona).
       Quizás  encuentres  en  el  camino  a  un  amigo  mío:  un  hombre,  delgado,
   184   185   186   187   188   189   190   191   192   193   194