Page 424 - El Señor de los Anillos
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si aquellas dos luces vieron cómo me movía y miraba, o si recobré mis sentidos.
      Cuando miré de nuevo, no había nada. Creo sin embargo, que algo llegué a ver
      de reojo, como dicen, algo oscuro que corrió a ocultarse a la sombra de la orilla.
      Los ojos no los vi más.
        » Soñando  de  nuevo,  Sam  Gamyi,  me  dije  y  no  hablé  con  nadie.  Pero  he
      estado pensando desde entonces y ahora no estoy tan seguro. ¿Qué le parece a
      usted, señor Frodo?
        —Me  parecería  que  viste  de  veras  un  tronco,  de  noche  y  con  mirada
      soñolienta —dijo Frodo—, si esos ojos no hubiesen aparecido antes. Pero no es
      así. Los vi allá lejos en el norte antes que llegáramos a Lórien. Y vi una extraña
      criatura con ojos que subió a la plataforma de los elfos, aquella noche. Haldir la
      vio también. ¿Y recuerdas lo que dijeron los elfos que habían ido detrás de la
      manada de orcos?
        —Ah —dijo Sam—, sí y recuerdo otra cosa. No me gusta lo que tengo en la
      cabeza, pero pensando esto y aquello, en las historias del señor Bilbo y lo demás,
      me  parece  que  yo  podría  darle  un  nombre  a  esta  criatura.  Un  nombre
      desagradable. ¿Gollum, quizá?
        —Sí —dijo Frodo—, he venido temiéndolo desde hace un tiempo. Desde la
      noche de la plataforma. Supongo que estaba escondido en la Moria y que a partir
      de ahí empezó a seguirnos, pero se me ocurrió que nuestra estancia en Lórien le
      haría perder el rastro. ¡La miserable criatura tuvo que haberse escondido en los
      bosques del Cauce de Plata, esperando a que saliéramos!
        —Algo  parecido  —dijo  Sam—.  Y  será  mejor  que  vigilemos  un  poco  más
      nosotros mismos, o una de estas noches sentiremos que unos dedos desagradables
      nos aprietan el cuello, si alcanzamos a despertar. Y a eso iba. No vale la pena
      molestar a Trancos o los otros esta noche. Yo vigilaré. Puedo dormir mañana,
      pues casi no soy otra cosa que un baúl en un bote, si así se puede decir.
        —Yo lo diría —concluyó Frodo—, pero me parece mejor « baúl con ojos» .
      Tú vigilarás, pero sólo si prometes despertarme a la madrugada y si nada pasa
      antes.
      En plena noche, Frodo salió de un sueño profundo y sombrío y descubrió que
      Sam estaba sacudiéndolo.
        —Es una vergüenza despertarlo —dijo Sam en voz baja—, pero usted me lo
      pidió. No hay nada nuevo, o no mucho. Creí oír unos chapoteos y la respiración
      de alguien, hace un momento; pero de noche y en un río se oyen muchos sonidos
      raros.
        Sam se acostó y Frodo se sentó envuelto en las mantas, luchando contra el
      sueño. Los minutos o las horas pasaron lentamente y nada ocurrió. Frodo estaba
      ya  cediendo  a  la  tentación  de  acostarse  de  nuevo  cuando  una  forma  oscura,
      apenas  visible,  flotó  muy  cerca  de  una  de  las  barcas.  Una  mano  larga  y
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