Page 546 - El Señor de los Anillos
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—Sí, mi buen enano —dijo—, es un consuelo que a uno no lo confundan
siempre. ¡No lo sé yo demasiado bien! Pero por supuesto, nunca os acusé de
cómo me recibisteis. Cómo podría hacerlo, si yo mismo he aconsejado a
menudo a mis amigos que ni siquiera confíen en sus propias manos cuando tratan
con el enemigo. ¡Bendito seas, Gimli hijo de Glóin! ¡Quizás un día nos veas
juntos y puedas distinguir entre los dos!
—¡Pero los hobbits! —interrumpió Legolas—. Hemos andado mucho
buscándolos y tú pareces saber dónde se encuentran. ¿Dónde están ahora?
—Con Bárbol y los ents —dijo Gandalf.
—¡Los ents! —exclamó Aragorn—. ¿Entonces son ciertas las viejas leyendas
sobre los habitantes de los bosques profundos y los pastores de árboles? ¿Hay
todavía ents en el mundo? Pensé que eran sólo un recuerdo de los días antiguos, o
quizás apenas una leyenda de Rohan.
—¡Una leyenda de Rohan! —exclamó Legolas—. No, todo elfo de las
Tierras Ásperas ha cantado canciones sobre el viejo Onodrin y la pena que lo
acosaba. Aunque aun entre nosotros son sólo apenas un recuerdo. Si me
encontrara a alguno que anda todavía por este mundo, en verdad me sentiría
joven de nuevo. Pero Bárbol no es más que una traducción de Fangorn a la
Lengua Común; sin embargo hablas de él como si fuera una persona. ¿Quién es
este Bárbol?
—¡Ah! Ahora haces demasiadas preguntas —dijo Gandalf—. Lo poco que sé
de esta larga y lenta historia demandaría un relato para el que nos falta tiempo.
Bárbol es Fangorn, el guardián del bosque; es el más viejo de los ents, la criatura
más vieja entre quienes caminan todavía bajo el sol en la Tierra Media. Espero
en verdad, Legolas, que tengas la oportunidad de conocerlo. Merry y Pippin han
sido afortunados; se encontraron con él en este mismo sitio. Pues llegó aquí hace
dos días y se los llevó a la morada donde él habita, al pie de las montañas. Viene
aquí a menudo, principalmente cuando no se siente tranquilo y los rumores del
mundo exterior lo perturban. Lo vi hace cuatro días paseándose entre los árboles
y creo que él me vio, pues hizo una pausa; pero no llegué a hablarle; muchos
pensamientos me abrumaban y me sentía fatigado luego de mi lucha con el Ojo
de Mordor y él tampoco me habló, ni me llamó por mi nombre.
—Quizá creyó él también que eras Saruman —dijo Gimli—. Pero hablas de
él como si fuera un amigo. Yo creía que Fangorn era peligroso.
—¡Peligroso! —exclamó Gandalf—. Y yo también lo soy, muy peligroso,
más peligroso que cualquier otra cosa que hayáis encontrado hasta ahora, a
menos que os lleven vivos a la residencia del Señor Oscuro. Y Aragorn es
peligroso y Legolas es peligroso. Estás rodeado de peligros, Gimli hijo de Glóin,
pues tú también eres peligroso, a tu manera. En verdad el bosque de Fangorn es
peligroso y más aún para aquellos que en seguida echan mano al hacha; y
Fangorn mismo, él también es peligroso; aunque sabio y bueno. Pero ahora la