Page 889 - El Señor de los Anillos
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al fin el anciano se volvió a él y le sonrió.
        —¡Vamos, maese Meriadoc! le dijo. No vas a quedarte ahí de pie. Mientras
      yo esté en mis dominios, te sentarás a mi lado, y me aligerarás el corazón con tus
      cuentos.
        Hicieron un sitio para el hobbit a la izquierda del rey, pero nadie le pidió que
      contase  historias.  Y  en  verdad  hablaron  poco,  y  la  mayor  parte  del  tiempo
      comieron y bebieron en silencio, pero al fin Merry se decidió e hizo la pregunta
      que lo atormentaba.
        —Dos veces ya, Señor, he oído nombrar los Senderos de los Muertos. ¿Qué
      son? ¿Y a dónde ha ido Trancos, quiero decir, el Señor Aragorn?
        El rey suspiró, pero la pregunta de Merry quedó sin respuesta hasta que por
      último Eomer dijo:
        —No lo sabemos, y un gran peso nos oprime el corazón. Sin embargo, en
      cuanto  a  los  Senderos  de  los  Muertos,  tú  mismo  has  recorrido  los  primeros
      tramos. ¡No, no pronuncio palabras de mal augurio! El camino por el que hemos
      subido es el que da acceso a la Puerta, allá lejos, en el Bosque Sombrío. Pero lo
      que hay del otro lado, ningún hombre lo sabe.
        —Ningún hombre lo sabe —dijo Théoden; sin embargo, la antigua leyenda,
      rara vez recordada en nuestros días, tiene algo que decir. Si esas viejas historias
      transmitidas de padres a hijos en la Casa de Eorl cuentan la verdad, la Puerta que
      se abre a la sombra del Dwimor conduce a un camino oculto que corre bajo la
      montaña hacia una salida olvidada. Pero nadie se ha aventurado jamás a ir hasta
      allí  y  desentrañar  esos  secretos,  desde  que  Baldor,  hijo  de  Brego,  traspuso  la
      Puerta  y  nunca  más  se  lo  vio  entre  los  hombres.  Pronunció  un  juramento
      temerario,  mientras  vaciaba  el  cuerno  en  el  festín  que  ofreció  Brego  para
      consagrar el palacio de Meduseld, en ese entonces recién construido; y nunca
      llegó a ocupar el alto trono del que era heredero.
        » La gente dice que los Muertos de los Años Oscuros vigilan el camino y no
      permiten que ninguna criatura viviente penetre en esas moradas secretas; pero de
      tanto en tanto se los ve a ellos: franquean la Puerta como sombras y descienden
      por el camino de las piedras. Entonces los moradores del Valle Sagrado atrancan
      las puertas y tapian las ventanas y tienen miedo. Pero los Muertos salen rara vez
      y sólo en tiempo de gran inquietud y de muerte inminente.
        —Sin  embargo  —observó  Eomer  en  voz  muy  baja—,  se  dice  en  el  Valle
      Sagrado  que  hace  poco,  en  las  noches  sin  luna,  pasó  por  allí  un  gran  ejército
      ataviado con extrañas galas. Nadie sabía de dónde venían pero subieron por el
      camino de las piedras y desaparecieron en la montaña, como si se encaminaran
      a una cita.
        —¿Por qué entonces Aragorn fue por ese camino? —preguntó Merry—. ¿No
      tenéis ninguna explicación?
        —A menos que a ti te haya confiado cosas que nosotros no hemos oído —dijo
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