Page 273 - Dialectica
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Ap´ endice: Pr´ ologos de versiones anteriores

                El cuarto argumento es de car´ acter cient´ ıfico. La astronom´ ıa de los
             calendarios agr´ ıcolas emple´ o, en el pasado hist´ orico, la matem´ atica en
             forma profusa. Con Euklides y otros cient´ ıficos alejandrinos, la geo-
             metr´ ıa se convirti´ o en una rama de la matem´ atica deductiva. Con Ga-
             lilei y Newton, la f´ ısica se convirti´ o en una ciencia matem´ atica. Con
             Lavoisier la qu´ ımica sigui´ o el mismo camino. En el siglo 20, con la
             gen´ etica molecular, la biolog´ ıa sigui´ o el camino de la formalizaci´ on.
             Este proceso muestra que la herramienta fundamental para el an´ alisis
             de la materia es la l´ ogica de Boole y ´ este es un formidable argumento.
                Para estudiar la l´ ogica dial´ ectica debemos seguir un camino similar.
             La dial´ ectica se debe buscar en aquellos puntos, en los intersticios don-
             de se quebranta el pensamiento l´ ogico y donde se identifica un ´ area que
             no es analizable en los t´ erminos l´ ogicos tradicionales. Por esta raz´ on,
             las fuentes de la dial´ ectica se encuentran en las mismas fuentes de la
             l´ ogica.
                Puesto que la dial´ ectica es el reflejo de leyes generales del movi-
             miento de la materia, debe existir una actividad natural del cerebro
             humano que sea dial´ ectica. Tambi´ en a la dial´ ectica debe ser aplicable el
             argumento de la evoluci´ on de las especies y debe tambi´ en haber incidi-
             do por igual en los circuitos cerebrales. As´ ı es que el cerebro –humano
             o animal– debe poseer una actividad dial´ ectica que le es ´ util para su re-
             laci´ on con la naturaleza, as´ ı como la capacidad anal´ ıtica lo es. En forma
             an´ aloga, debe existir una l´ ogica dial´ ectica escondida en un argumento
             hist´ orico, en un argumento ling¨ u´ ıstico, en un argumento fisiol´ ogico y
             en un argumento cient´ ıfico.
                La b´ usqueda de la dial´ ectica se convierte entonces en la b´ usqueda
             de lo no–l´ ogico, la b´ usqueda de las fallas y fisuras del aparentemente
             monol´ ıtico planteo de la l´ ogica binaria.

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             Muchos estudios de la l´ ogica son pedantemente t´ ecnicos. Russell, Tars-
             ki y otros abrieron una puerta muy peligrosa el d´ ıa que enunciaron la
             idea de que existen m´ ultiples niveles para entender la l´ ogica. Por es-
             ta puerta entr´ o una forma de presentar los problemas l´ ogicos que no
             logra el prop´ osito que se busca porque este prop´ osito contradice el fun-
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