Page 42 - Diálogos Psicoanálisis Número 1
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Observó mayor prevalencia en hombres que en mujeres, que generalmente no presentaban características
hasta pasados los tres años de vida. Su descripción tiene como base siete rubros: habla, comunicación
no-verbal, interacción social, actividades repetitivas y resistencia al cambio, coordinación motriz, y habilidades
e intereses. Si bien la descripción está abierta a las variantes en los síntomas, se intenta englobar, tal vez de
manera arriesgada, las características claves para el diagnóstico.
A grandes rasgos, el síndrome se puede describir de la siguiente forma: En el lenguaje se caracteriza por
alteración en el habla que comprende la inversión de pronombres, gramática demasiado correcta, prosodia
extraña, dificultad para entender sarcasmo o bromas sutiles y tendencia a hablar únicamente de ciertos temas;
en la comunicación no verbal se presentan alteraciones en la comprensión y uso de gestos faciales, así como los
sentimientos, propios y ajenos. Las interacciones sociales se caracterizan por la falta de comprensión
de los códigos sociales y conductuales como el contacto visual, postura, movimientos corporales, etc.
Aunque estas habilidades varían de persona a persona, en el Síndrome de Asperger se presentan
con mayor intensidad, por fuera de la “normalidad”, representado como un comportamiento
“ingenuo y peculiar” (Wing, 1981, pp. 1).
Se podría decir que la persona tiene el interés de
acercase e interactuar con los demás, sin embargo,
hay aspectos de esta interacción que no sabe cómo
llevar a cabo o que no entiende el sentido de porqué
los demás lo hacen de esa forma, con el riesgo de
preferir aislarse y así evitar situaciones
embarazosas, convirtiéndose en personas
introvertidas y solitarias. Otra de las características
que se describen es la dificultad para aceptar los
cambios en su ambiente, su rutina, la ropa que
usan –por ejemplo, el material con el que está
hecha-, la comida, entre otras, haciendo
complicado la participación en escenarios que no son familiares para la persona. La pobre coordinación motriz,
aunque no es decisivo para el diagnóstico, es un aspecto que se considera, principalmente si implica
movimientos estereotipados o manierismos significativos. En resumen, el síndrome se caracteriza por falta de
habilidades cognitivas, inter e intrapersonales que determinan de varias formas la interacción que se puede
tener en cualquier ámbito social, ya sea escolar, familiar, laboral.
Hasta aquí la descripción que H. Asperger realizó con 34 pacientes. Por su parte, Wing agrega síntomas como
retraso en algunos hitos del desarrollo motriz y social como poco interés por compartir juegos, juguetes o
actividades con las personas cercanas, poca intención comunicativa excepto para necesidades y uso de palabras
inusuales o inventadas; el juego generalmente no es imaginativo, sino repetitivo e individual. La autora
discrepa en la descripción hecha por Asperger en dos sentidos. Por un lado, el lenguaje aparece con cierto
rezago, lo que explicaría el uso singular de la gramática, las alteraciones pragmáticas, de entonación y uso
estereotipado de frases, neologismos y lenguaje no verbal. Por el otro, las habilidades superiores en
ciertos temas se relacionan con una “estrecha, pedante, lógica, pero literal, cadena de
razonamiento” (Wing, 1981, pp. 1), y no se relacionan directamente con la capacidad intelectual de la que
habla Asperger sino en la memorización y repetición de los temas, con marcada falta de sentido común.
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