Page 133 - Dune
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—Quien  da  primero  la  alarma  tiene  derecho  a  una  prima  proporcional  a  la
           recolección de especia —dijo Kynes—. Desean saber…
               —Decidle quién ha visto primero el gusano —dijo Halleck.

               El Duque asintió.
               Kynes vaciló, luego tomó el micrófono:
               —Prima de avistamiento al Duque Leto Atreides. Duque Leto Atreides. Cambio.

               La voz del altoparlante resonó sin entonación y distorsionada en parte por una
           serie de descargas de estática:
               —Recibido y gracias.

               —Ahora, decidles que se repartan el premio —ordenó Halleck—. Decidles que
           este es el deseo del Duque.
               Kynes inspiró profundamente.

               —El  deseo  del  Duque  es  que  el  premio  sea  repartido  entre  todo  el  equipo.
           ¿Comprendido? Cambio.

               —Comprendido y gracias —dijo el altoparlante.
               —He olvidado mencionaros —dijo el Duque— que Gurney tiene también un gran
           talento para las relaciones públicas.
               Kynes dirigió a Halleck una perpleja mirada.

               —Esto  servirá  para  que  los  hombres  sepan  que  su  Duque  se  preocupa  por  su
           seguridad —dijo Halleck—. Correrá la voz. Era una frecuencia usada tan sólo en la

           zona de trabajo… no es probable que los agentes Harkonnen hayan podido oírnos. —
           Alzó los ojos hacia su cobertura aérea—. Y formamos una fuerza considerable. Valía
           la pena arriesgarse.
               El Duque inclinó el aparato hacia la nube de arena escupida por el tractor factoría.

               —¿Qué es lo que ocurre ahora?
               —Hay un ala de acarreo por algún lugar cerca de aquí —dijo Kynes—. Acudirá y

           se llevará el tractor.
               —¿Y si el ala se averiase? —preguntó Halleck.
               —Algún  equipo  se  pierde  —dijo  Kynes—.  Acercaos  un  poco  por  encima  del
           tractor, mi Señor; encontraréis el espectáculo interesante.

               El Duque frunció el ceño, dominando fuertemente los controles mientras entraban
           en la zona de turbulencia sobre el tractor.

               Paul  miró  hacia  abajo,  viendo  la  arena  que  seguía  siendo  expulsada  por  aquel
           monstruo de metal y plástico a sus pies. Tenía la apariencia de un enorme coleóptero
           azul y marrón cuyas múltiples patas se agitaban mecánicamente a su alrededor. Vio

           una gigantesca trompa en la parte anterior, hundiéndose en la oscura arena.
               —Un terreno rico en especia, a juzgar por el color —dijo Kynes—. Van a seguir
           trabajando hasta el último minuto.

               El Duque aumentó el movimiento de las alas, tensándolas para hacer dar un giro




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