Page 129 - Dune
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alertaban de acuerdo con el adiestramiento que había recibido.
               —Ah… los gusanos —dijo el Duque—. Quiero ver uno alguna vez.
               —Quizá  podáis  verlo  hoy  mismo  —dijo  Kynes—.  Donde  hay  especia,  hay

           gusanos.
               —¿Siempre? —preguntó Halleck.
               —Siempre.

               —¿Acaso  existe  una  relación  entre  los  gusanos  y  la  especia?  —preguntó  el
           Duque.
               Kynes se volvió, y Paul observó que fruncía los labios al responder.

               —Defienden la arena de la especia. Cada gusano tiene un… territorio. En cuanto
           a la especia… ¿quién sabe? Los especímenes de gusanos que hemos examinado nos
           hacen sospechar que existen complicadas reacciones químicas dentro de ellos. Hemos

           encontrado  rastros  de  ácido  clorhídrico  en  sus  conductos,  e  incluso  formas  más
           complicadas  de  ácidos  en  otros  lugares.  Os  proporcionaré  una  monografía  mía  al

           respecto.
               —¿Y los escudos no constituyen una defensa? —preguntó el Duque.
               —¡Los escudos! —se rio Kynes—. Activad un escudo en una zona donde haya
           gusanos, y vuestro destino estará echado. Los gusanos ignorarán la delimitación de

           sus  territorios,  y  se  precipitarán  desde  todas  partes  para  atacar  al  escudo.  Ningún
           hombre provisto de un escudo ha sobrevivido nunca a un tal ataque.

               —Entonces, ¿cómo se capturan los gusanos?
               —La única forma conocida de matar y conservar un gusano completo consiste en
           aplicar shocks eléctricos de alto voltaje a cada segmento separadamente —dijo Kynes
           —. Es posible aturdirlos y despedazarlos mediante explosivos, pero cada segmento

           conserva  vida  propia.  Exceptuando  las  atómicas,  no  conozco  ningún  explosivo  lo
           suficientemente potente como para destruir por completo un gusano. Su resistencia es

           increíble.
               —¿Por qué no se ha hecho ningún esfuerzo por exterminarlos? —preguntó Paul.
               —Sería demasiado caro —dijo Kynes—. Hay mucha área que cubrir.
               Paul se echó hacia atrás en su rincón. Su sentido de la verdad, la percepción de la

           más pequeña variación de tonalidad, le decía que Kynes estaba mintiendo, o al menos
           decía  tan  sólo  media  verdad.  Y  pensó:  Si  hay  una  relación  entre  la  especia  y  los

           gusanos, matar los gusanos podría significar destruir la especia.
               —Muy  pronto,  nadie  estará  expuesto  a  tener  que  salvarse  por  sí  mismo  en  el
           desierto  —dijo  el  Duque—.  Bastará  accionar  este  pequeño  transmisor  colgado  del

           cuello,  y  los  socorros  se  precipitarán  en  su  ayuda.  En  pocos  días  todos  nuestros
           trabajadores lo llevarán. Organizaremos un servicio especial de salvamento.
               —Muy loable —dijo Kynes.

               —Vuestro tono indica que no estáis de acuerdo —dijo el Duque.




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