Page 139 - Dune
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dunas.
—Mi Señor —dijo Kynes—, esos hombres saben que puede hacerse bien poco
por los hombres atrapados por el desierto en el territorio de un gusano.
—¡Enviaremos un aparato de la base a buscarlos! —cortó el Duque.
—Como queráis, mi Señor —dijo Kynes—. Pero, cuando llegue, probablemente
ya no haya nada que salvar.
—Lo enviaremos de todos modos —dijo el Duque.
—Estaban en el mismo lugar donde ha surgido el gusano —dijo Paul—. ¿Cómo
han conseguido escapar?
—Las paredes del orificio son curvadas, y eso hace que las distancias sean
engañosas —dijo Kynes.
—Estamos malgastando carburante, Señor —aventuró Halleck.
—Me he dado cuenta, Gurney.
El Duque hizo girar el aparato en redondo hacia la Muralla Escudo. La escolta
descendió de sus posiciones de observación y formó a sus flancos.
Paul reflexionó acerca de lo que habían dicho el hombre de las dunas y Kynes.
Había percibido las verdades a medias, las mentiras completas. Los hombres en la
arena, allá abajo, habían huido con una seguridad tal, moviéndose de un modo tan
obviamente calculado, que era evidente que conocían el modo de no atraer de nuevo
al gusano fuera de sus profundidades.
¡Fremen!, pensó Paul. ¿Quién más podía moverse por la arena con tanta
seguridad? ¿Quién más no se hubiera sentido presa de nuestro mismo terror…
sabiendo que ellos no estaban en peligro? ¡Ellos saben cómo vivir aquí! ¡Ellos saben
cómo escapar al gusano!
—¿Qué hacían esos Fremen en el tractor? —preguntó Paul.
Kynes se volvió bruscamente.
El alto hombre de las dunas dirigió la mirada de sus grandes ojos hacia Paul…
azul sobre azul.
—¿Quién es ese muchacho? —preguntó.
Halleck se interpuso entre el hombre y Paul.
—Es Paul Atreides, el heredero ducal —dijo.
—¿Por qué dice que había Fremen en nuestra máquina? —preguntó el hombre.
—Corresponden a la descripción —dijo Paul.
Kynes se relajó.
—¡No se puede identificar a un Fremen con una sola ojeada! —dijo. Miró al
hombre de las dunas—. Tú, ¿quiénes eran esos hombres?
—Amigos de uno de los otros —dijo el hombre de las dunas—. Amigos de un
poblado que querían ver las arenas de la especia.
Kynes se volvió.
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