Page 251 - Dune
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Mira a ese gallina, pensó el Barón. Estoy rodeado de una pandilla de inútiles. Si
           echara arena ante él y le dijera que es trigo, se pondría a picotearla.
               —Entonces, ¿el hombre Idaho te ha conducido hasta ellos? —preguntó el Barón.

               —¡Sí, mi Señor!
               Mira cómo escupe sus respuestas, pensó el Barón.
               —Así que intentaban unirse a los Fremen, ¿eh? —dijo.

               —Sí, mi Señor.
               —¿Dice algo más este… informe?
               —El  Planetólogo  Imperial,  Kynes,  está  también  involucrado,  mi  Señor.  Idaho

           contactó  a  ese  Kynes  en  misteriosas  circunstancias…  Me  atrevería  a  decir  que  en
           sospechosas circunstancias.
               —¿Y?

               —Ellos…  esto,  volaron  hacia  un  lugar  en  el  desierto  donde  al  parecer  se
           encontraban el muchacho y su madre. En la excitación de la caza, varios de nuestros

           grupos han sido víctimas de una explosión láser-escudo.
               —¿Cuántos hombres hemos perdido?
               —Yo… esto, no conozco aún la cifra exacta, mi Señor.
               Está mintiendo, pensó el Barón. Debe ser una cifra considerablemente alta.

               —El lacayo Imperial, ese Kynes —dijo el Barón—. Jugaba un doble juego, ¿eh?
               —Pongo en ello mi reputación, Señor.

               ¡Su reputación!
               —Haz que maten a ese hombre —dijo el Barón.
               —¡Mi Señor! Kynes es el Planetólogo Imperial, el servidor de su Maj…
               —¡Entonces haz que parezca un accidente!

               —Mi Señor, había un grupo de Sardaukar entre nuestras fuerzas cuando atacamos
           aquel nido Fremen. Son ellos quienes tienen ahora a Kynes bajo su custodia.

               —Haz que te lo entreguen. Di que quiero interrogarle.
               —¿Y si se niegan?
               —No lo harán si tú actúas correctamente.
               Nefud tragó saliva.

               —Sí, mi Señor.
               —Ese hombre debe morir —retumbó el Barón—. Ha intentado ayudar a nuestros

           enemigos.
               Nefud cambió su peso de uno a otro pie.
               —¿Sí?

               —Mi Señor, en realidad los Sardaukar tienen… a dos personas bajo su custodia
           que pueden interesarnos. Han capturado también al Maestro de Asesinos del Duque.
               —¿Hawat? ¿Thufir Hawat?

               —He visto al prisionero con mis propios ojos, mi Señor. Es Hawat.




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