Page 252 - Dune
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—¡Nunca lo hubiera creído posible!
               —Dicen  que  fue  puesto  fuera  de  combate  con  un  aturdidor,  mi  Señor.  En  el
           desierto, donde no podia usar el escudo. Está virtualmente ileso. Si pudiéramos poner

           nuestras manos sobre él, podría proporcionarnos una buena distracción.
               —Estás hablando de un Mentat —gruño el Barón—. Uno no malgasta así a un
           Mentat. ¿Ha hablado? ¿Qué piensa de su captura? ¿Sabe la amplitud de…? Pero, no.

               —Sólo me han dicho, mi Señor, que está convencido de haber sido traicionado
           por Dama Jessica.
               —Ahhh.

               El Barón se sentó, pensativo. Luego:
               —¿Estás seguro? ¿Es Dama Jessica quien atrae su furor?
               —Lo ha dicho en mi presencia, mi Señor.

               —Entonces, déjale creer que aún está viva.
               —Pero, mi Señor…

               —Calma. Quiero que Hawat sea tratado con cortesía. No hay que decirle nada
           sobre el difunto doctor Yueh, el verdadero traidor. Dile que el doctor Yueh encontró
           la  muerte  defendiendo  a  su  Duque.  En  cierto  sentido,  no  deja  de  ser  verdad.
           Alimentaremos sus sospechas hacia Dama Jessica.

               —Mi Señor, yo no…
               —El  mejor  método  de  controlar  y  dirigir  a  un  Mentat,  Nefud,  es  alimentar  su

           información. Falsas informaciones… falsos resultados.
               —Sí, mi Señor, pero…
               —¿Tiene hambre Hawat? ¿Tiene sed?
               —¡Mi Señor, Hawat está aún en manos de los Sardaukar!

               —Sí. Por supuesto, sí. Pero los Sardaukar estarán tan ansiosos como nosotros de
           obtener información de Hawat. He observado algo en nuestros aliados, Nefud. No son

           muy  tortuosos…  políticamente.  Creo  que  esto  es  algo  deliberado:  el  Emperador
           quiere que sea así. Recordarás al jefe Sardaukar mi habilidad en obtener información
           de los sujetos más reluctantes.
               Nefud se mostró incómodo.

               —Sí, mi Señor.
               —Le dirás al jefe Sardaukar que deseo interrogar a Hawat y a Kynes al mismo

           tiempo, confrontándolos el uno con el otro. Espero que comprenda al menos esto.
               —Sí, mi Señor.
               —Y cuando los tengamos en nuestras manos… —el Barón inclinó la cabeza.

               —Mi  Señor,  los  Sardaukar  querrán  tener  a  uno  de  sus  observadores  con  vos
           mientras dure… el interrogatorio.
               —Estoy seguro de que podremos producir una situación de emergencia capaz de

           alejar a los observadores no deseados, Nefud.




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