Page 327 - Dune
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visto el miedo en su oponente. El recuerdo de la voz de Duncan Idaho surgió en su
memoria: «Cuando tu adversario tenga miedo de ti, entonces es el momento de dejar
sueltas las riendas de su miedo, dándole tiempo suficiente para que actúe sobre él.
Deja que se convierta en terror. El hombre aterrorizado lucha contra sí mismo. Llega
un momento en que su ataque es fruto de la desesperación. Es el momento más
peligroso, pero el hombre aterrorizado suele cometer normalmente un error fatal. Tú
has sido adiestrado para detectar este error y aprovecharlo».
El rumor en la caverna empezó a aumentar de intensidad.
Creen que Paul juega con Jamis, pensó Jessica. Creen que Paul es inútilmente
cruel.
Pero percibió también la corriente subterránea de la excitación, como si
disfrutaran del espectáculo. Y la presión que aumentaba en Jamis. Captó el momento
en que aquella tensión se hizo imposible de contener… como lo captó el propio
Jamis… o Paul.
Jamis saltó, fintó y golpeó con la derecha, pero su mano estaba vacía. El crys
había saltado a su izquierda.
Jessica jadeó.
Pero Paul había sido advertido por Chani: «Jamis combate con las dos manos». Y
su adiestramiento había asimilado ya aquel truco. «Piensa en el cuchillo y no en la
mano que lo empuña», le había repetido siempre Gurney Halleck. «El cuchillo es más
peligroso que la mano, y tan pronto puede encontrarse en la derecha como en la
izquierda».
Y Paul captó el error de Jamis: un instante de vacilación tras aquel salto dirigido a
desorientarle, mientras pasaba el cuchillo de una a otra mano.
Excepto por las luces amarillas de los globos y los sombríos ojos de la
concurrencia, todo parecía una sesión más en la sala de adiestramiento. Los escudos
no contaban cuando el propio movimiento del adversario podía ser usado contra él.
Paul, con la misma rapidez, pasó su cuchillo de una a otra mano, saltó a un lado, y
golpeó de abajo a arriba el pecho de Jamis que avanzaba hacia él… luego se apartó a
un lado y vio al hombre derrumbarse.
Jamis cayó como un fláccido andrajo, el rostro contra el suelo, emitió un gemido
y volvió la cabeza hacia Paul, yaciendo inmóvil sobre el suelo de roca. Sus ojos
muertos le miraban como dos esferas de oscuro cristal.
«Matar con la punta no es artístico», le había dicho Idaho a Paul en una ocasión,
«pero esta consideración no debe frenar tu mano cuando se presenta el momento».
Los espectadores se precipitaron hacia adelante, rompiendo el círculo, empujando
a Paul. Rodearon el cuerpo de Jamis en una frenética actividad. Después, un grupo de
ellos se apresuró hacia las profundidades de la caverna, transportando un bulto
envuelto en ropas.
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