Page 334 - Dune
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Reconoció el tono de su propia voz. Había usado el mismo tono con Leto, cuando
le había dicho al desaparecido Duque que aceptara una gruesa suma ofrecida a
cambio de su participación en una arriesgada empresa… simplemente porque el
dinero contribuía a la potencia de los Atreides.
En Arrakis, el agua era dinero. Lo había visto con claridad.
Paul permaneció silencioso, sabiendo que haría lo que ella le había ordenado…
no porque fuera una orden, sino porque el tono de voz empleado por ella le obligó a
reconsiderar las cosas. Rehusar el agua significaría romper con las prácticas Fremen
que habían aceptado.
Entonces, Paul recordó las palabras del Kalima 467 de la Biblia Católica Naranja
de Yueh.
—El agua es el inicio de toda vida —dijo.
Jessica le miró. ¿Dónde ha aprendido esa cita?, se preguntó. Jamás ha estudiado
los misterios.
—Así está dicho —dijo Chani—. Giudichar mantene: está escrito en el Shah-
Nama que el agua ha sido el origen de toda cosa creada.
Sin ninguna razón que pudiera explicar (y esto la asustó mucho más que la propia
sensación), Jessica se estremeció repentinamente. Se volvió para disimular su
turbación, y en aquel mismo momento el sol se puso. Un violento estallido de colores
llenó el cielo mientras el sol desaparecía tras el horizonte.
—¡Es el momento!
La voz de Stilgar resonó por toda la caverna:
—El arma de Jamis ha sido muerta, Jamis ha sido llamado por Él, por Shai-
Hulud, el cual ha ordenado las fases de las lunas que se desvanecen cada día un poco
más, hasta que sean al final tan sólo ramitas desecadas —la voz de Stilgar bajó de
tono—. Así ha ocurrido con Jamis.
El silencio cayó como un palpable velo en la caverna.
Jessica vio la sombra gris de los movimientos de Stilgar como la silueta de un
fantasma en las tenebrosas vísceras de la caverna. Miró de nuevo a la depresión,
sintiendo el frescor de la noche.
—Que los amigos de Jamis se acerquen —dijo Stilgar.
Algunos hombres se movieron tras Jessica, colocando una cortina en la abertura.
Un solo globo fue iluminado muy arriba, al fondo de la caverna. Su amarillo
resplandor reveló figuras humanas en movimiento. Jessica escuchó el lento roce de
ropas.
Chani avanzó un paso, como atraída por la luz.
Jessica se acercó al oído de Paul, diciéndole en el código familiar:
—Sígueles, muchacho; haz lo que ellos hagan. Será una simple ceremonia para
aplacar el alma de Jamis.
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