Page 322 - e-book
P. 322
AUTOR Libro
edredón por encima de la cabeza.
No se oyó nada, pero de pronto estaba ahí. Retiró el edredón de un tirón para
poderme ver. Se tendió a mi lado y extendió la mano para acariciarme el pelo desde
la mejilla.
—Si no te importa, preferiría que no ocultaras la cara debajo de las mantas. He
vivido sin ella tanto como podía soportar; y ahora, dime una cosa.
—¿Qué? —pregunté poco dispuesta a colaborar.
—Si te concedieran lo que más quisieras de este mundo, cualquier cosa, ¿qué
pedirías?
Sentí el escepticismo en mis ojos.
—A ti.
Sacudió la cabeza con impaciencia.
—Algo que no tengas ya.
No estaba segura de adonde me quería conducir, por lo que le di muchas
vueltas antes de responder. Ideé algo que fuera verdad y al mismo tiempo bastante
improbable.
—Me gustaría que no tuviera que hacerlo Carlisle... Desearía que fueras tú
quien me transformara.
Observé su reacción con cautela mientras esperaba otra nueva dosis de la ira
demostrada en su casa. Me sorprendía que mantuviera impertérrito el ademán. Su
expresión seguía siendo cavilosa y calculadora.
—¿Qué estarías dispuesta a dar a cambio de eso?
No pude dar crédito a mis oídos. Me quedé boquiabierta al ver su rostro sereno
y solté la respuesta a bocajarro antes de pensármelo:
—Cualquier cosa.
Sonrió ligeramente y frunció los labios.
—¿Cinco años?
Mi rostro se crispó en una mueca que entremezclaba desilusión y miedo a un
tiempo.
—Dijiste «cualquier cosa» —me recordó.
—Sí, pero vas a usar el tiempo para encontrar la forma de escabullirte. He de
aprovechar la ocasión ahora que se presenta. Además, es demasiado peligroso ser
sólo un ser humano, al menos para mí. Así que, cualquier cosa menos eso.
Puso cara de pocos amigos.
—¿Tres años?
—¡No!
—¿Es que no te merece la pena?
Pensé en lo mucho que había deseado aquello, pero decidí poner cara de
póquer y no permitir que se diera cuenta de lo mucho que significaba para mí. Eso
me daría más ventaja.
—¿Seis meses?
Puso los ojos en blanco.
—No es bastante.
- 322 -

