Page 60 - En el corazón del bosque
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palabras. Tragó saliva y apartó la mirada, y entonces se inclinó y abrazó a Noah
      tan fuerte que él pensó que se había vuelto loca.
        —¿Qué pasa? —preguntó con nerviosismo, apartándose de ella—. ¿Por qué
      estás tan rara?
        —¿Yo?  ¿Rara?  —repuso  la  madre  aclarándose  la  garganta,  y  le  volvió  la
      espalda—. No sé de qué me hablas. Y ahora, ¿qué te parece si nadamos un poco?
      —añadió acercándose al borde de la piscina—. Te echo una carrera hasta el otro
      lado.
        En cuanto lo hubo dicho, se zambulleron y llegaron al otro lado casi a la vez,
      pero estuvieron finalmente de acuerdo en que ella había llegado primera por los
      pelos, aunque fue la única carrera que ganó en toda la tarde, pues Noah era muy
      buen nadador y ella parecía cansarse con facilidad. Hicieron castillos de arena,
      nadaron más, y justo en el momento adecuado, un joven trabajador del hotel, al
      que no pareció impresionarle lo que estaba pasando allí, les llevo sándwiches y
      refrescos.
        —¿Y bien? —preguntó la madre mientras espolvoreaba el sándwich con unos
      granos de arena, para que se pareciera aún más a cuando estaban en la playa—.
      ¿Lo estás pasando bien?
        Noah se apresuró a asentir con la cabeza y la miró con una sonrisa radiante.
      Se preguntó si ella padecería alguna clase de alergia al cloro, pues tenía los ojos
      muy rojos, como si hubiese llorado mientras estaba en el agua. Iba a decirle que
      debería  llevar  gafas  protectoras,  pero  tenía  la  boca  tan  llena  de  sándwich  de
      huevo  que  no  habría  podido  pronunciar  las  palabras  sin  escupírselo  encima,  y
      unos instantes después se le había olvidado.
        —Tenemos que sacarles el máximo partido a los días como éste —dijo ella
      con tono de complicidad, tratando de atraerlo de nuevo hacia sí.
        Pero esta vez Noah se apartó porque su madre tenía el bañador mojado, y se
      zambulló  para  nadar  un  poco  más.  Le  gustaba  la  nueva  forma  de  ser  de  su
      madre, aquellas excursiones inesperadas. Casi parecía una persona distinta.
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