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buen recurso pedagógico.
Cómo vencer al poder y atractivo del WhatsApp
La dificultad radica en, como vencer el poder y atractivo del WhatsApp en
clase. El uso del móvil para fines no académicos lo tienen prohibido en el
aula, pero no hacen caso. Cada año es peor y este 2016 es mareante
especialmente en las últimas filas. De nada sirve enfadarse ni razonar
sobre esa práctica. Algunos son conscientes, pero son los menos. Su
“enganche” es tan acusado que a finales del curso pasado unas estudiantes
–de la asignatura de Metodología– investigaron sobre cómo afectaba a sus
compañeros en sus resultados académicos. La motivación para hacer ese
microestudio, explicada con sus propias palabras, no es menor: “nosotras
mismas como alumnas de primero de Trabajo Social de la UdL hemos
podido observar y ver en primera persona que estas nuevas tecnologías y
redes han hecho que perdamos comunicación con los propios compañeros
y han hecho que en las clases se muestren más ausentes y distraídos a
causa del uso del móvil”. (Camacho, Mannhe Plana, 2016)
En estos momentos sólo he encontrado un modo: sorprenderles (o
intentarlo). Intentar que la clase nunca sea igual, incorporar diversidad de
técnicas, ejercicios, maneras de hacerles protagonistas… En definitiva:
activar su motivación e interés, de por sí volátil porque se “cansan”,
pierden la atención y enseguida el móvil vuelve a aparecer en sus manos.
Utilizando la aportación (anclaje y desanclaje) de Giddens (1993), el móvil
actúa como anclaje permanente entre mundos diversos que les permite
mantener una presencia dual (o más aún) a un mismo tiempo: en la o las
realidades y situaciones que les llegan mediadas a través de las redes que
consultan continuamente y la que están viviendo (voluntariamente o a la
fuerza) en el aula.
Por eso, digo que practico el tunning con lo que he aprendido de la
teoría y práctica sobre enseñanza inversa. Enviarles un texto previamente,
que lo lean, con preguntas concretas, que lo traigan a clase con sus
preguntas, responderlas en el aula sirve algunas veces. Pero debe ser un
texto corto, y si hay muchas preguntas el contestarlas en clase con una
media de 70 u 80 alumnos presentes termina por hacerse un poco tedioso.
Y he comprobado que lo que no se acaba en un día no puede recuperarse la
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