Page 51 - HOMO_VIDENS
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¿Hay  algún  modo  mejor  de  ser  más  libre  mentalmente?  Si  Negroponte  y  sus
                  seguidores hubieran leído algo, sabrían que Leibniz definió la  libertad humana como
                  una spontaneitas  intelligentis, una espontaneidad de quien es inteligente, de quien se
                  caracteriza por intelligere. Si no se concreta así, lo que es espontáneo en el hombre no
                  se diferencia de lo que es espontáneo en el animal, y la noción de libertad ya no tendría
                  sentido.

                     Para ir al núcleo de la cuestión debemos preguntarnos ahora: ¿libertad de qué y para
                  qué?  ¿De  hacer  zapping  (cambiar  constantemente  de  canales)?  El  vídeoniño,  siendo
                  niño,  se  siente  irresistiblemente  atraído  por  el  juego.  Nuestra  «libre  participación
                  activa»  termina,  o  corre  el  riesgo  de  terminar,  del  siguiente  modo:
                  los locuaces acabarán por obstruir Internet con su necesidad de expresarse (sus graffiti) ,
                  y los demás se dedicarán a los videojuegos, al vídeo-jugar. Es verdad que el vídeo-niño
                  podría preguntar y saber cuántos discursos pronuncia el Papa cada día. Pero esto no le
                  interesa y ni tan siquiera sabe quién es el Papa.


                     La verdad es que los digigeneracionales dicen liberd pero en realidad quieren decir (y
                  es la única cosa de la que entienden) cantidad y velocidad: una cantidad creciente, cada
                  vez más grande de bites y una velocidad de elaboración y transmisión cada vez mayor.
                  Pero cantidad y velocidad no tienen nada que ver con libertad y elección. Al contrario,
                  una  elección  infinita  e  ilimitada  es  una  fatiga  infinita  y  desproporcionada.  La
                  desproporción  entre  el  producto  que  se  ofrece  en  la  red  y  el  usuario  que  lo  debería
                  consumir es colosal y peligrosa. Corremos el riesgo de asfixiarnos en una exageración
                  de la que nos defendemos con el rechazo; lo que nos deja entre la exageración y la nada.
                  El exceso de bombardeo nos lleva a la atonía, a la anomia, al rechazo de la indigestión:
                  y de este modo, todo termina, en concreto, en una nimiedad.


                     Un  aspecto  ulterior  de  nuestro  nuevo  modo  de  ser  y  vivir  es  la  creciente  y
                  omnipresente art ifi cialización. El homínido del Pleistoceno es ya un hombre porque
                  está dotado de manos prensiles, con las que puede realizar numerosas acciones y que lo
                  habilitarán para llegar a ser horno habilisy horno faber. Paradójicamente, al hombre de
                  hoy la prensilidad prácticamente ya no le sirve. El horno prensilis se atrofia en el horno
                  digitalis. En la edad digital nuestro quehacer se reduce a pulsar botones de un teclado.
                  Así  vivimos  encerrados  sin  ningún  contacto  auténtico  con  la  realidad,  con  el  mundo
                  real. La «hiper mediatización» (es la tesis de Gehlen, 1990) nos priva de experiencias
                  nuestras, experiencias de primera mano y nos deja a merced de experiencias de segunda
                  mano. Lo cual tiene graves consecuencias. Pues cada uno de nosotros sólo comprende
                  de  verdad  las  cosas  sobre  las  que  tiene  una  experiencia  directa,  una  experiencia
                  personal.  No  hay  libro,  ni  discurso,  ni  representación  que  pueda  hacer  las  veces  de
                  nuestro propio error. Para aprender a nadar hay que tirarse al agua.


                      La fórmula de Giambattista Vico era que verum etfactum convertuntur, es decir, que
                  lo verdadero y el acto se transforman el uno en el otro. Vico nos dice con ello que el
                  hombre sólo puede conocer el propio hacer. Es así sobre todo en el sentido más estricto
                  que comentaba anteriormente.
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