Page 49 - Cementerio de animales
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vino la epidemia de gripe, también morían las mujeres al dar a luz, y los niños se iban
al otro mundo con infecciones y fiebres que los médicos curan ahora como por arte
de magia. Cuando yo y Norma éramos jóvenes, si pillabas un cáncer, ya tenías el
certificado de defunción. En los años veinte no había radioterapia que valiera. Dos
guerras, asesinatos, suicidios…
Quedó un momento en silencio.
—Entonces la muerte era enemiga y era compañera —dijo al fin—. Mi hermano
Pete murió de apendicitis en 1912, cuando Taft era presidente. Pete tenía catorce años
y lanzaba la pelota de béisbol más lejos que ningún otro chico del pueblo. En
aquellos tiempos no necesitabas matricularte en la universidad para estudiar lo que es
la muerte. Ella se te metía en casa, te saludaba, se sentaba a cenar contigo y hasta
sentías su dentellada en el trasero.
Esta vez Norma no le llamó la atención, sino que asintió en silencio.
Louis se puso en pie desperezándose.
—Tengo que marcharme —dijo—. Mañana va a ser un día de mucho trabajo.
—Sí; mañana te empieza el jaleo, ¿no? —dijo Jud levantándose a su vez. Vio que
Norma quería levantarse también y le dio la mano. Ella se puso en pie con una
mueca.
—Esta noche te duele, ¿verdad? —dijo Louis.
—No mucho —respondió ella.
—Ponte calor al acostarte.
—Así lo haré —dijo Norma—. Es lo que hago siempre. Louis…, no te inquietes
por Ellie. Este otoño va a estar muy ocupada con sus nuevos amigos para pensar en
ese sitio. Quizá un día vayan todos juntos a repintar las estelas, arrancar hierbas o
plantar flores. A veces lo hacen, cuando les da la ventolera. Y ella se sentirá más
tranquila. Habrá empezado a acostumbrarse.
«Eso será si mi mujer no lo impide.»
—Ven mañana por la noche a contarnos qué tal ha ido el primer día de clases —
dijo Jud—. Te daré una paliza al "cribbage".
—Quizá yo te emborrache antes —dijo Louis—. Así podré hacerte trampas.
—Doctor —dijo Jud con gran sinceridad—, el día en que alguien pueda hacerme
trampas al "cribbage" será el día en que me ponga en manos de un matasanos como
tú.
Louis los dejó riendo y cruzó la carretera, en la oscura noche de verano.
* * *
Rachel dormía junto al niño, en su lado de la cama de matrimonio, con las rodillas
dobladas, en postura fetal y protectora. Louis pensó que ya se le pasaría: habían
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