Page 355 - El Misterio de Salem's Lot
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cuarto del enfermo, preguntó a Matt si estaba preparando una tesis sobre ocultismo.
Matt no podía recordar si se llamaba Herbert o Harold.
Matt, que cuando Herbert (o Harold) entró estaba leyendo un libro titulado
Desapariciones extrañas, se alegró de la interrupción. Ya en ese momento estaba
esperando a que sonara el teléfono, aunque bien sabía que hasta después de las tres de
la tarde sus amigos no podrían entrar sin riesgo en el colegio de Block Street.
Ansiaba conocer cuál había sido la suerte del padre Callahan. Y tenía la impresión de
que el día transcurría con una rapidez alarmante, aunque siempre había oído decir que
el tiempo pasaba muy lentamente en un hospital. Se sentía impotente y confundido;
viejo, en una palabra.
Comenzó a hablarle a Herbert (o Harold) del pueblo de Momson, en Vermont,
cuya historia acababa de leer, y que había encontrado especialmente interesante
porque pensaba que, de ser verdad, tal historia podía ser una precursora del destino
que estaba sufriendo Solar.
—Todo el mundo desapareció —informó a Herbert (o Harold), que lo escuchaba
con cortés aunque no bien disimulado aburrimiento—. No era más que un pequeño
pueblo rural al norte de Vermont, al cual se accedía por la interestatal 2, y por la 19
de Vermont. El censo de 1920 arrojó una población de 312 habitantes. En agosto de
1923, una mujer de Nueva York empezó a preocuparse porque hacía dos meses que
su hermana no le escribía. Ella y el marido acudieron hasta allá en coche, y fueron los
primeros en contar la historia a los periódicos, aunque no me cabe duda de que los
habitantes de alrededor estaban ya al tanto de la desaparición desde hacía algún
tiempo. La hermana y el marido habían desaparecido, al igual que los demás
habitantes de Momson. Las casas y los establos seguían en pie, y en una de las casas
la comida aún estaba servida en la mesa. Por aquel entonces fue un caso bastante
sensacional. En cuanto a mí, no me habría gustado quedarme a pasar allí la noche. El
autor afirma que la gente de los pueblos vecinos cuentan historias raras.» de
aparecidos, duendes y cosas así. Algunos cobertizos de las afueras tenían, pintados en
las paredes, cruces y signos contra el mal de ojo... y pintados siguen hasta hoy. Fíjate,
aquí hay una fotografía de la tienda, de la gasolinera y del depósito de granos y
comestibles... lo que venía a ser el distrito comercial de Momson. ¿Qué crees que
puede haber pasado?
Herberg (o Harold) miró cortésmente la figura. Nada más que un pueblecito, con
unas pocas tiendas, y unas pocas casas. Algunas estaban ruinosas. Podría ser
cualquier pueblo del país. Al pasar en coche por cualquiera de ellos después de las
ocho, no se podía saber si había un alma viviente. Decididamente, el viejo se había
puesto chocho con la edad. Herbert (o Harold) se acordó de su anciana tía, que en los
dos últimos años estaba convencida de que su hija le había matado él loro y se lo
daba a comer mezclado con las hamburguesas. Los viejos tienen ideas raras.
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