Page 76 - Las ciudades de los muertos
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—Así es, así es…
               Las  cosas  estaban  así.  No  había  posibilidades  de  que  me  volvieran  a  emplear.
           Había esperado, al ver que no me ponían sucesor… Pero en parte era culpa mía. No

           me había preocupado demasiado.
               —Circulan  unas  momias  un  tanto  extrañas  en  el  mercado  de  Luxor  y  me
           preguntaba  si  no  habrían  aparecido  también  por  aquí.  Si  así  fuera,  tú  estarías

           enterado.
               —¿Extrañas?  —fingió  que  revisaba  unas  cartas  de  su  escritorio—.  ¿En  qué
           sentido?

               Describí la que había examinado.
               —Me han informado de que provienen de alguna parte del delta, así que deduje
           que si habían ido a parar a un lugar tan alejado hacia el sur como Luxor, algunas

           podían haber llegado hasta aquí.
               El tono de voz de Maspero se volvió más cauteloso, afectado.

               —Envueltas con vendas pertenecientes a dos dinastías diferentes.
               —Sí, la XX dinastía y la XXII.
               —¿Quién te ha dicho que provienen del delta?
               Titubeé, pero al final decidí contárselo.

               —Muhammad Abd-er-Rasul.
               —¿Confías en él?

               —Sí.
               Parecía dudar.
               —Bien, tú lo conoces mejor que cualquiera de nosotros.

               Nosotros. Aquello me molestó. Ya no pertenecía al «nosotros» de Maspero.
               —Muhammad  me  sugirió  que  su  sobrino,  un  platero  de  El  Cairo,  podía  estar
           implicado. Pensé en visitarlo, para comprobar si realmente sabe algo.

               Maspero  me  observaba  fijamente,  con  el  semblante  más  serio  que  había  visto
           nunca. Parecía no haberme oído.
               —Tenemos  tres  de  ellas  —hablaba  con  lentitud—.  Aparecieron  aquí,  en  el

           mercado.  Los  vendedores  aseguraban  haberlas  conseguido  de  gente  desconocida,
           hombres sin nombre provenientes de ciudades anónimas. Por la descripción que tú
           me haces, las nuestras son aún más terribles que las de Luxor. Están envueltas con

           vendas  de  la  XX  dinastía,  así  que  supusimos…  ¿Recuerdas  la  «momia
           inmomificada»?
               —Sí.

               —Suponemos  que  estarán  relacionadas  con  ella  de  alguna  manera,  pero  los
           confusos vendajes de la momia que compró Larrimer… Eso cambia las cosas.

               Durante  un  momento,  ninguno  de  los  dos  tuvo  nada  que  decir.  Había  tantas
           posibilidades, cada cual más horrorosa que la anterior… Al final, Maspero se puso en




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