Page 178 - La máquina diferencial
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con atención y luego se puso en pie.
—¿Se ha informado acerca de algún tipo sospechoso en el vestíbulo? — preguntó
Fraser a Kelly. Este se ofendió.
—¿Me permite preguntar quién es usted para inquirir tal cosa, señor?
—Inspector Fraser, de Bow Street.
—No, inspector —respondió Kelly mientras inspiraba entre los dientes—.Ningún
tipo sospechoso. ¡No, que yo sepa!
—Mantendrá este asunto en secreto, señor Kelly. Supongo que, al igual que otros
establecimientos de la Real Sociedad, ustedes solo admiten como huéspedes a
intelectuales acreditados...
—¡Esa es nuestra firme política, inspector!
—¿Pero a sus huéspedes se les permite tener visitas?
—Visitantes masculinos, señor, o damas con la compañía adecuada. ¡Nada
escandaloso, señor!
—Un revientapuertas de hotel bien vestido —concluyó Fraser—. Y pirómano. No
tan buen pirómano como revientapuertas: tuvo un modo bastante torpe de amontonar
esos papeles debajo del escritorio y el armario. Tenía una ganzúa básica para esta
cerradura de resorte. Tuvo que arañar un poco, pero dudo que le llevara siquiera cinco
minutos.
—Esto resulta de todo punto inconcebible —dijo Mallory. Kelly parecía a punto
de echarse a llorar.
—¡Un huésped intelectual expulsado de su habitación con un incendio! ¡No sé
qué decir! ¡No había oído de una maldad semejante desde los tiempos de Ludd! ¡Es
una vergüenza, doctor Mallory, una auténtica vergüenza! Mallory negó con la cabeza.
—Debería haberles advertido acerca de esto, señor Kelly. Tengo enemigos muy
peligrosos. Kelly tragó saliva.
—Lo sabemos, señor. Se habla mucho de ello entre el personal, señor. Fraser
estaba examinando los restos del escritorio; hurgaba entre la basura con la barra
deformada de latón del armario.
—Sebo —aseguró.
—Disponemos de un seguro, doctor Mallory —ofreció Kelly con tono
esperanzado—. No sé si nuestra póliza cubre exactamente este tipo de asuntos, ¡pero
espero que podamos compensarlo por las pérdidas! ¡Por favor, acepte mis más
sinceras disculpas!
—Esto es injurioso —espetó Mallory mientras contemplaba los restos—. ¡Pero no
una herida tan grande como quizá esperaban! Guardo mis papeles más importantes en
la caja de seguridad del palacio. Y por supuesto, jamás dejo dinero aquí. —Se detuvo
un instante mientras miraba a su alrededor—. Supongo que la caja fuerte del palacio
permanece intacta, señor Kelly.
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