Page 135 - Tito - El martirio de los judíos
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—Quisiera que comprendieran que serán vencidos, que los enemigos de
                Roma no tienen otro destino posible. Quisiera que abriesen las puertas
                de su ciudad. Yo no les destruiría su Templo, e impediría el saqueo. Eso
                es lo que quisiera, Sereno, y lo que sigo esperando. Pero la sabiduría es
                la primera víctima de la guerra. Cuando se combate, hay que ser cruel
                si se quiere vencer. Porque la crueldad siempre impresiona al enemigo.

                Tito me miró un largo rato.


                Volví a oír el martilleo de los arietes.


                —Por eso, Sereno, mandaré de nuevo levantar cruces —concluyó.







































































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