Page 109 - Resiliente
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Máximo avanzo hacia ella y le agarro de las muñecas, ella

                   le miro con una especie de sensación que no puedo describir,
                   y en un susurro ella le señalo el patio, Máximo me miro

                   y troto hacia la parte posterior, mientras que yo sin negarlo
                   me pensaba en lo peor.



                   Corrí detrás de él agarrando duro la escopeta entre mis manos

                   y cuando llegue, vi a Camila subida en el muro señalando
                   la parte inferior, es decir, el otro lado o la calle contigua

                   a la urbanización, el perro ladraba mucho, Máximo se subió
                   primero ayudando a bajar a Camila y se quedó mirando horrori-

                   zado agarrándose de la reja de rombos que encerraba el patio
                   y estaba coronando el muro.



                   Me llamo, y llegue allí en unos instantes y cuando me subí,

                   sentí el golpe de un horrible hedor a descomposición, cuando
                   logre asomarme, mire a decenas de esos malditos revividos

                   estirando las manos hacia nosotros, gimiendo, y habían unos
                   cuantos Histéricos gritando, tiesos, respirando con una rapidez

                   demoniaca, y algunos tenían objetos contundentes en las manos,
                   Máximo me miro con una expresion de seriedad, tapando su miedo.



                          —Estos serán los primeros de muchos.


                   Vi llegar más por la calle y aglomerarse en el muro, por suerte,

                   mi calle no conectaba a esa de ninguna forma, había existido
                   una reja que las había conectado pero había sido obliterada

                   y habían tapado el hueco con ladrillos, me acuerdo que cuando
                   lo hicieron proteste mucho porque ese era el acceso que daba

                   hacia el rio que quedaba cerca de la casa... ahora no encon-
                   traba forma de agradecerle a los que idearon eso, asentí lenta-

                   mente y mire a Máximo.



                          —Tenemos que encontrar una manera de sacarlos de esa
                   calle, y aislar esa calle también —le dije.

                          —Te dije que ese puto perro iba a causar problemas.






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