Page 233 - Resiliente
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—Papá no estaría contento si viera como quedo el maldito
Toyota ahora —dijo Mauro jadeando.
Máximo soltó una risotada de euforia al igual que Cesar
y Carlos celebrando que pudimos escapar, avanzamos haciendo
caso omiso a los Zs dispersos por la calle y evitando los autos
abandonados hasta que llegamos al conocido territorio de la
Pedregosa, comenzamos a ascender y en ese momento observe que
la euforia de Máximo se precipitaba a un abismo, su rostro
se convirtió en algo odioso, más bien preocupado, se giró
y comenzó a arrancarse retazos de la camisa con furia, se
notaba una angustia en todas sus acciones y en su expresión.
—Véndale los ojos, —dijo a Mauro, este frunció la frente.
—hazlo.
Mauro me miro consultandome y yo asentí con la cabeza, lo menos
que podíamos hacer era proteger el sitio, Mauro se giró y le
tendió un retazo a cada uno de ellos que para sorpresa de
Máximo aceptaron sin ningún cuidado, incluso Carlos, que puso
cara de amargura se puso la venda, Mauro comprobó que no pudie-
ran espiar el camino de subida.
—Ahora pónganse en posición fetal —dijo Máximo.
—Ya es suficiente —dijo Mauro con furia —ya está bien.
-¡No! –replico Máximo –Ahora, todos posición fetal.
Todos obedecieron la gruesa voz de Máximo, y sin ningún cuidado
Carlos también obedeció, al percatarme de esto acelere el
Toyota, Máximo estaba girado sin moverse con la escopeta de
bala única mirándolos como un halcón, llegamos a la calle late-
ral donde pare el Toyota como lo había hecho antes.
Mauro aun sin camiseta corrió hacia la reja azul y cerro con
el candado, como de costumbre, dejando los vehiculos estaciona-
dos en la calle lateral a la urbanizacion, tengo ciertas dudas
de haber traido a esta gente, espero y todo salga bien...
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