Page 42 - Resiliente
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Disparo muchas veces más hasta que sentí que se le descargaba

                                    el arma, cuando levante la cabeza me le quede apuntando con la
                                    escopeta y Máximo por primera vez me miro a los ojos, nunca

                                    había visto a mi amigo tan conmocionado y asustado, su rostro
                                    estaba pálido, su cara que siempre había sido cordial estaba

                                    seria y dolorida, me miro como si no comprendiera la situación,
                                    luego esbozo una sonrisa de incredulidad.



                                            —Mierda en serio te estaba disparando... -dijo avergonzado

                                    —maldito loco...
                                            —¿Yo loco? —grite desde la camioneta sintiendo un ataque

                                    de euforia.
                                            —Pensé que estabas muerta perra mal nacida

                                    —dijo el sonriendo —¿Te mordieron?
                                            —No... ¿y a ti?

                                            —Ni un rasguño, Cleo también está bien...



                                    Salí de mi escondrijo y me pare con la escopeta en la mano.



                                            —¿Saqueaste una armería? —dijo Máximo —yo lo intenté, pero
                                    no pude, muchos bastarditos bien podridos por la zona...



                                    Cleo abrió la puerta, ella era una mujer alta, morena esbelta

                                    y de piernas largas, sin embargo, estaba constipada de miedo
                                    también, cuando me vio me abrazo, Camila regreso y se lanzó del

                                    jeep y la abrazo también, Máximo bajo corriendo y se lanzó
                                    contra mi abrazándome fuertemente.



                                            —En serio pensé que estabas muerto... todo el maldito

                                    hospital esta jodido.
                                            —¿Cómo sabes?

                                            —¡Cómo se! ¡eres una perra! ¿Creíste que iba a dejar a mi
                                    hermano a merced de esos malditos militares? —dijo mirándome

                                            —Supongo que no —le dije.
                                            —llegué allí y vi que estaba plagado, el hospital se

                                    derrumbó en una parte parece que le lanzaron bombas desde
                                    aviones... pensé lo peor —dijo Máximo mirándome —Y tú de perra




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