Page 44 - Resiliente
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Una broma antigua de la familia que me hizo sonreír, le agarre
los hombros con más fuerza.
—No vamos a dejar que se muera —le dije —pero tenemos
otras cosas también por qué preocuparnos, si salimos y está
herido ¿entonces como mierda vamos a curarlo si no tenemos todo
esto listo? Tenemos que preparar todo y hacernos un plan
—¿Me ves cara de plan?
—No, eres de los del momento, pero por una vez en tu puta
existencia me vas a tener que escuchar.
Máximo y yo nos miramos, note la desesperación y luego de unos
minutos en silencio cedió, en ese instante paso el perro hacia
la sala y se recostó en la alfombra. Recuerdo la cara de Máximo
de burla y luego me miro.
—El perro llego, pero Mauro no...
—Debe estar en alguna parte dando porrazos con tu ya sabes
que... —dije sonriendo.
Máximo esbozo una ligera sonrisa y asintió.
—Vale, entonces... cuadremos que ¿tienes comida? Por qué
mierda tengo que comer...
—Si —le dije finalmente.
La reunión posterior, fue traumática, estuve explicándole todo
lo que había sucedido en los eventos del hospital, mi adqui-
sición de las armas, y la búsqueda de Camila, también le dije
sobre el estado en que encontré a mama, y que mi papa se había
ido de aquí a buscar a mi hermana, todo lo que me había dicho.
—Mis papas se fueron en el convoy militar también, yo no
sé dónde estaba, pero cuando llegue aparentemente se los habían
llevado a la fuerza –dijo Máximo –intente buscarlos por toda la
ciudad, pero no encontré una mierda... llame a su celular, pero
como de costumbre jamás atendía el desgraciado aparato…
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