Page 48 - Resiliente
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Camila apareció en el umbral, ella me miro y yo la mire, sentí
un nudo en el estómago de dejarla sola.
—Cierra bien —le dije —deje una pistola en la cocina...
—En teoría sé cómo funciona —dijo ella con voz temblorosa.
—Estaré bien —dije asintiendo con la cabeza.
—Ok, vuelve —dijo ella —por favor... te amo.
—Yo igual —dije volviéndome y poniéndome al volante de mi
jeep, Máximo se sentó a mi lado y suspiro.
—No puedo creer que en una puta masacre de zombis y ella
siga mandona...
Sonreí un poco, no podía decirle cuan agradecido debería estar
por la compañía de su excepcional novia en aquellos momentos
de miedo sobre todo, arranque el aparato y llegamos a la puerta,
Máximo se bajó al portón y descorrió el seguro, yo atravesé
la reja y Máximo se quedó del otro lado pasando el seguro,
brincando sobre ella ágilmente, siempre fue ágil no importa lo
grande que fuese, era de espalda ancha. Subimos y en silencio
reanudamos la marcha.
Cuando bajamos la pedregosa, creo que Máximo no había detallado
el desastre y la situación que vivíamos porque suspiro muchas
veces y él normalmente era bastante insensible con ese tipo de
cosas, las calles estaban llenas de basura, llenas de escom-
bros, de señales de batalla, sangre y sobre todo muchos Revivi-
dos que cuando pasábamos muy rápido se agrupaban detrás a
perseguirnos en su lentitud inútil.
Acelere y esquive los carros abandonados en la calle hasta
llegar a la esquina de la Gran Parada, allí había un buen
número de zombis en la mitad del paso. Me pare un segundo y
medite si atropellarlos, coloque la primera velocidad y acelere
todo lo que pude aumentando progresivamente, Máximo se agarró
del jeep y yo del volante, cuando comenzamos a atropellarlos
el parabrisas se llenó de sangre, un cuerpo paso rodando sobre
el capo y el techo y se estrelló en el asfalto destrozándose,
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