Page 108 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
P. 108

£L  MUNDO HELENÍSTICO

     rá el papel que tuvo en la creación del dios Serapis, véanse las págs. 162
     y sígs.), en su Historia de Egipto. Estos tratados, aunque perdidos, mar­
     carían un punto de inflexión en los contactos entre civilizaciones. A par­
     tir de Filadelfo, también los judíos contribuyeron al progreso de las letras
     helénicas, no sólo con traducciones, sino también con obras originales
     (véase la pág. 54).


        El público tampoco era ya el mismo de la época anterior. La litera­
     tura ya no concernía al dem os, y se dirigía exclusivamente a la burguesía.
     Lo cierto es que dicha clase  tendía a expansionarse, era cada vez más
     ilustrada debido a la indiscutible difusión déla cultura a consecuencia
     de una enseñanza más estimulante y racional, y las mujeres, imitando a
     unas  reinas  a  menudo  muy  instruidas,  ya  no estaban necesariamente
     mantenidas aparte de las cuestiones del espíritu. Pese a no ser tan popu­
     lar como lo había sido en ei teatro, en el tribunal o en la Ecclesia, el pú­
     blico siguió siendo bastante amplio, y eo menos sorprendente resulta
     que pudiese disfrutar con las sutilezas de una poesía refinada, en princi­
     pio reservada a los happy few . Es indudable que la familiaridad con las
     musas se tenía por virtud --casi por una vía de acceso a la condición de
     héroe— y que el éxito de una fiesta como ia que dio Fiíopátor para cele­
     brar la apoteosis de Homero habría sido incomprensible tiempo atrás.
        Lógicamente, el hombre de letras debía tener en cuenta las aficiones
     y las preocupaciones de aquel público, aficiones y preocupaciones que él,
     por lo general, también compartía. De esa manera, se desarrollaron algu­
     nas tendencias que podían parecer comunes a todos los géneros literarios.
     La más evidente era la búsqueda incesante de la novedad, Si los géneros
     clásicos desaparecían, a excepción de la comedia y la historia, no era por­
     que tío concordasen con 1a nueva sociedad, sino, sobre todo, porque a na­
     die le gusta seguir ios pasos de sus inmediatos predecesores. Preferían mi­
     rar hacia el  pasado más antiguo de la Hékde, a la época heroica, o, al
     menos, a la arcaica, para hallar las formas literarias desaparecidas desde
     hacia siglos —epopeya, poseía didáctica, lirismo personal--,  un marco
     adecuado para inserir pensamientos o sentimientos radicalmente nuevos.
     Por lo demás, el deseo arcaizante, aprectable en el arte, no debe llevar a
     engaño: Apolonio de Rodas no podía y, sobre todo, no quería ser un Ho­
     mero, ni Teócrito un Alceo,
         Otra tendencia no menos evidente era el gusto por una literatura al­
     tamente intelectual. Más que nunca, el griego intentaba comprender, y
   103   104   105   106   107   108   109   110   111   112   113