Page 109 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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LA  ÚLTIMA  MUTACIÓN  DEL  HELENISMO  ESPIRITUAL  109


      como los acontecimientos se sucedían, incesantes, en una época tan caó­
      tica, la historia experimentó un rápido desarrollo. Por otra parte,  más
      que la ciencia, fue la erudición la que se benefició de aquella incansable
     curiosidad, Los comentaristas trataban de captar los secretos de los gran­
     des clásicos, mientras que los poetas, con sus veladas alusiones y delibe­
     radas oscuridades, crearon numerosas enigmas para futuros exégetas.



     La comedia nueva

       ;  La tragedia había muerto. La comedia,  por su parte, mantuvo du­
     rante cierto tiempo un intenso resplandor en Atenas y se extendió a Ma­
     cedonia (Filípo ofreció representaciones después de la toma de Olinto y

     Alejandro, después de la deTebas) y por el Oriente helenístico.1El coro
     y la parábasis desaparecieron: los intermedios dividían en actos un ar­
     gumento que hasta entonces había sido continuo, y el prólogo, copiado
     de k  tragedia, permitía al poeta urdir la acción y presentar sus opiniones
     personales, tal y como antes hacía ia parábasis.
       :  De una forma más clara que la predominante en el siglo IV, la forma
     de comedia que aparecía ahora (llamada «comedia nueva») se acercaba a
     la representación con matices de la vida contemporánea. El amor se con*
     virtió en el tema esencial, un amor contrariado hasta el reconocimientos
     fínál,  que permitía un desenlace feliz, La intriga se hizo más compleja,
     aún manteniéndose fiel a un esquema más o menp| constante. Los carac­
     teres eran estudiados con finura. Describiendo las máscaras cómicas, Pó-
     lux contabilizó cuarenta y cuatro, de ks que nueve eran de ancianos y, de
     adultos, habrá diecisiete de mujeres, once de gente joven y siete de escla­
     vos: así pues, ya no había suficiente con los caracteres generales.
        No obstante, esa comedía, a menudo rayana en lo patético, seguía
     siendo alegre. A modo de ocurrencias, conservó los procedimientos de
     la comedia común: parodias, habladurías de cocineros, jactancias de sol­
     dados fanfarrones, narraciones de parásitos, intrigas de esclavos —ante­
     cesores de los Scarpin molieres eos— que engañaban a vejestorios.
        Las piezas se conocen por las «contaminaciones» de la comedia lati­
     na (véase la pág. 198} y por fragmentos. Dos autores sobresalían: Filemón


        1.    Un  testimonio de ello fue,  por ejemplo,  Machón,  un cómico de Sídón o de Co-
     rinto que trabajaba en Alejandría hacia el '250.  De éi se conservan alrededor de 500 ver­
     sos anodinos y picarescos sobre cortesanas, músicos y parásitos.
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